miércoles, 18 de agosto de 2010

Primer Concurso Oficial del Caballo Peruano de Paso




Primer Concurso Oficial

del Caballo Peruano de Paso

Publicado Por: Wenceslao Rosell Pinillos




Wenceslao Rosell Urquiaga

Don Wenceslao fué un peruano que dejó huella. Eximio caballista, fué discípulo de Ruy da Camara (famoso rejoneador portugués y maestro de equitación en Alta Escuela). Siendo presidente del Club Hípico Peruano el Sr. Alfonso J. Alvarez Calderon, se le encargo al Sr. Rosell, socio fundador de dicha institución y varios periodos su presidente, organizar el primer concurso del Caballo Peruano de Paso, el que se efectuó al año siguiente de su autorización por Resolución Suprema del 1º de Julio, y Ministerial del 5 y 9 de Agosto de 1944. Desde el año 1938, el Sr. Wenceslao Rosell Urquiaga inicio las gestiones para la realización del Concurso Oficial del Caballo Peruano de Paso, lo que esta plenamente documentado en el Club Hípico Peruano, tanto en los libros de Actas como en los calendarios de actividades. Hasta el año 1944, ningún presidente ni las juntas directivas creían en el éxito de estos concursos, hasta la presidencia en ese año del Dr. Alfonso Alvarez Calderon , distinguido aficionado, él que también tenia sus dudas pero fue convencido por el Sr. Rosell. A mediados de ese año la directiva del Club Hípico consigue una entrevista con el entonces Presidente de la República, Dr. Manuel Prado Ugarteche, a fin de solicitar la oficialización del Concurso. El Presidente tambien tiene sus dudas del posible éxito del concurso y pregunta: ¡Quien responde por el concurso! el Doctor Alvarez Calderon pone una mano sobre el hombro del Sr. Rosell y contesta al Presidente Prado: “Aquí esta el pilar”.

La Junta Directiva del Club Hípico del Perú en su sesión del 23 de Agosto de 1944 nombro una comisión presidida por el Sr. Wenceslao Rosell Urquiaga y por los vocales Srs.

José Antonio de Lavalle,
Antonio Graña Elizalde,
Santiago Acuña Rey,
Javier Larco Hoyle,
José Antonio Delgado Vivanco y
Aurelio Málaga Alba,
actuando como secretario el Sr. Carlos Taboada.

La comisión tuvo la siguiente misión:

Primero: Organizar y llevar el Stud Book del caballo de paso nacional.

Segundo: Formular el patrón ó estándar del citado caballo, que sirva de norma para su selección y clasificación en los concursos y exposiciones oficiales.

Tercero: Formular el reglamento de exposiciones y concursos oficiales de caballos peruanos de paso.

Cuarto: Organizar por lo menos una vez al año un concurso y exposición oficial del caballo peruano de paso.

Quinto: Organizar la asociación de criadores del caballo peruano de paso.

El Sr. Rosell organizó las bases del concurso, tanto en piso como en enfrenadura, y presidía simultáneamente a los miembros del jurado calificador.

El primer concurso tuvo como jurado a los Srs. Wenceslao Rosell Urquiaga y al Sr. Antonio Graña Elizalde, actuando como médico veterinario el Dr. Aurelio Málaga Alba.

El concurso fue un rotuno éxito saliendo Campeones: Campeón del año Macho, el caballo Oro Viejo de propiedad de los hermanos Larco Herrera, Campeón del año Hembra, la yegua Mariposa de propiedad del Sr. Santiago Acuña y Campeón del año Capón el caballo Nº 7 de propiedad de la Empresa Agrícola Chicaza.




Documento Oficial del Club Hípico Peruano


Programa del Primer Concurso Oficial del Caballo Peruano de Paso



Película del Segundo Concurso Oficial del Caballo Peruano de Paso, obsequiada por el Señor Presidentes Constitucional de la Republica del Perú, Sr. Dr. Don Manuel Prado Ugarteche al Sr. Don Wenceslao Rosell Urquiaga

domingo, 15 de agosto de 2010

El Antiguo Caballo Peruano de Paso, W. Rosell






El porque puedo hablar y escribir sobre
El Caballo Peruano de Paso

Por: Wenceslao Rosell Urquiaga

Wenceslao Rosell Urquiaga

Porque mi Sr. padre Don Pedro Domingo Rosell y Borgoño, fue muy aficionado y tuvo muy buenos caballos, el de más fama “Zaino”, de origen de Pativílca, le costó 400 pesos, y su padre el Dr. Don Pio Vicente Rosell Gonzalez y Tamayo, mi abuelo, lo montaba con gran placer en los viajes de temporada a huanchaco y le decía: Pedro, tu caballo es muy bueno pero 400 pesos……
Este caballo le sirvió para sus correrías después de la guerra con Chile que los invasores querían tomarlo, y en Cajamarca el General Montero mando las fuerzas cabalgando en él.

Porque he tenido y usado los siguientes animales, voy a citar los sobre salientes. Todo esto lo hago para que mis hijos estén seguros que si hablo o escribo sobre el caballo de paso, no lo hago como aficionado improvisado.

La yegua “Sol de Oro”, del yeguarizo de mi padre, yo era un niño, creo no más de 10 años, ella era pequeña y superior en piso y bravura, pasaba la cuadra de la Merced en Trujillo barquiniando en línea recta sentada sobre los posteriores, en esa cuadra cosechaba muchos aplausos por los jóvenes de entonces: Nicanor Gonzalez, el tío Estevan de los Ríos, Guillermo y Cecilio Cox, el Dr. Saldaña, etc.

La yegua “Coqueta”, hija de la anterior, del yeguarizo de mi padre, era muy buena pero de mal genio, un domingo se metió a la vereda dos veces y nos caimos al suelo, y la tercera vez en la puerta falsa de la casa, en momento que pasaba o me venía siguiendo un aficionado de Salpo, quien me ofreció 13 libras de oro por ella, la desensille se la entregué y entre a la casa con el galápago al brazo y las 13 libras. La yegua era de propiedad de mi hermana Manuela.

El caballo “Silleta”, capón del yeguarizo de mi padre. En el hice el recorrido Trujillo-Huanchaco y Huanchaco-Trujillo en minutos en tiempo record, cuando me presente para salir a la frontera del ecuador en 1910, al regreso mi padre me lo obsequio.

El caballo “Topacio”, capón del yeguarizo de mi padre, hijo de la Valla y el de mas talla como capón que yo recuerdo.

El caballo “D’artagnan”, capón del yeguarizo de mi padre y engreído por mi hermano, fue el capón de mas fama en Trujillo, habiéndole ofrecido seis yuntas de bueyes por él, no lo vendió.

El caballo “Moro Alegre”, capón muy noble, gran galope, le gustava mucho a Elisa y ella lo usaba, es el de la foto con Elisa de amazona. Todavía de novios.



En Primer plano la Sra. Elisa Pinillos Goicochea de Rosell, montando su caballo Moro Alegre. En segundo plano sentado, el Sr. Máximo Pinillos Goicochea. En tercer plano de izquierda a derecha, el Sr. Wenceslao Rosell Urquiaga, la Sra. Elisa Goicochea de Pinillos, la Sra. Isabel Rosell Urquiaga de Heudebert, el Sr. Gustavo Raúl Pinillos Goicochea, el Sr. Victor Helí Pinillos Goicochea, la Sra. María Rosell Urquiaga de Flores, la Sra. Gabriela Rosell Urquiaga de de Guimaraes y el Sr. Anselmo Flores de la Torre. (Restaurante Morillas Buenos Aires, Trujillo)

El caballo “Canelo”, capón, muy cómodo, gran talla, estoy montado en él en una foto en el álbum N° 1 en una calle de Otuzco al lado, Elisa en Moro Alegre.

El caballo “Rebaza”, capón, gran piso, favorito de Rosa Isabel Tejada, cuando nos acompañó en Araqueda.


Camino a Araqueda



El caballo “Zaino”, capón, notable piso.

El caballo “Pipo”, reproductor de fama y muy conocido en Trujillo. Tengo en el mismo álbum una foto con él, montándolo con silla galápago que me permitía una mejor equitación.



Pipo

El caballo “Favorito”, reproductor magnifico. En una tarde de toros en las fiestas de Cajabamba, llegué montado en él y el público con aplausos pidió suspender la corrida para que entrara a la plaza a moverlo. Fue primer premio en Amancaes 1920.



Favorito

El macho “Cholo”, único mular que he engreído, gran saltador, en los rodeos en las jalcas de Araqueda, entraba y salía de los corrales saltando las pircas con avío de cajón.

El caballo “Fugitivo”, cruce anglo-árabe, origen Neg. Casa Grande, trabado por Francisco Gonzalez, precioso y muy hábil, foto en mi
Álbum con el apero que yo usaba.

El caballo “Chombito”, fue el primer caballo que me dio mi papá. Me lo hiso recordar, Alberto Barúa.

Publicado por: Wenceslao Rossel Pinillos

Alta Escuela, W. Rosell





“ALTA ESCUELA”


Wenceslao Rosell y Tarzán

1940



Capitulo I



ALTA ESCUELA


Ella consiste, no en el movimiento y aire ejecutado, sino en el equilibrio, actitud, concentración, impulsión y ayudas con que lo ejecuta, diferenciándose así y llegando a ser arte con los mismos aires llamados de “Alta Escuela” ejecutados por caballos de circo, a los que no se puede decir que están en “Alta Escuela”, sino son simplemente caballos amaestrados, capaces de ejecutarlos con cualquier jinete ignorante a la voz y en el mismo sitio y orden. Por esta razón con todo derecho se puede decir que un caballo esta en “Alta Escuela” aunque no ejecute los aires propios como el “Piaffé”, “Passage”, etc.. El caballo que esta en “Alta Escuela” tanto al paso, al trote o galope, ira con la actitud y equilibrio de ella y la respectiva impulsión, armónica todas estas con la monta del jinete, debiendo marchar con la cabeza a la altura que su cuello le permita al jinete encontrar el punto neutro en el apoyo de la boca en el bocado, vertical la línea de la frente, contraídos los riñones en proporción a la altura de la cabeza, desde luego posteriores al centro de gravedad sin pisar las huellas de los anteriores, y por estos movimientos la espalda libre y marcada hacia arriba, y en su expresión de músculos, ojos, ollares, orejas, etc., y energía en los posteriores, gran coraje, debido a la impulsión natural o dada, indispensables para la “Alta Escuela”.

Como espero que los aficionados que lean estas líneas puedan haberlo hecho en mi opúsculo “Mis Observaciones sobre el Caballo y el Jinete”, les recomiendo tener siempre presente las correspondientes al equilibrio y tacto que en ella fui explicito, y juzgo que son la base de la equitación artística. Sin esos cuidados, sin llegar a armonizar piernas y manos con los avances del caballo, solo se llegaría a la presentación de amaestrador de circo.

Como he dicho que voy a ser lacónico, pasaré de hecho a la explicación técnica, pero sencilla, prescindiendo de toda figura retórica, sin embargo el arte de la equitación, para quien posee el don de escribir en prosa, es tema precioso que puede con conocimientos técnicos, brindar a los lectores un placentero entretenimiento, transportándolos en alas de la imaginación, a los campos del ideal máximo.

En “Mis Observaciones sobre el Caballo y el Jinete” combatía el trabajo a pie en el deseo de hacer al jinete, artista primero, mejor dicho, hacer capaz al jinete para que éste pueda hacerlo con el caballo, buscando de arriba el tacto ecuestre, que lo compare al diapasón, para que llegue al alma del verdadero aficionado lo que esta haciendo o viendo ejecutar. Combatí el trabajo a pie porque conduce a un jinete fácilmente a conseguir que su caballo ejecute el “Piaffé”, “Passage”, “Paso Español”, etc., creyéndose y hacer creer así que es el feliz mortal poseedor del don que los equitadores llaman el mas sublime y difícil de las artes, pues las ejecuta a diferencia del pintor, el músico, el escultor, en un ser animal de inteligencia y con voluntad como es el caballo, pero juzgándolo de gran ayuda, voy a aprovecharlo poniendo así los aires de “Alta Escuela” al alcance de todos.

Contribuye al perfeccionamiento del jinete, el conocimiento de cómo ejecuta el caballo sus movimientos, que los describo en la primera parte de “Mis Observaciones sobre el Caballo y el Jinete” y que ahora amplío.

El motor-caballo está compuesto: de un regulador de la velocidad en la marcha, y esta es la cabeza; a mayor altura menos velocidad, y en aires largos bajo del punto neutro manejándose para la altura, mientras el jinete, no domine el manejo del bocado, con el filete, que es el suspensor por excelencia, en este caso obrando siempre con la mano izquierda en el bocado, con la derecha, levantará las riendas del filete hasta encontrar la altura de la cabeza en punto neutro, es decir, ni permitiendo el apoyo (con la cabeza baja, ni el sobre la mano, con mayor altura) donde ya trabaja más el bocado con la derecha. El bocado no actúa solo, para bajarla, nada hay más poderoso, ni aun los bajadores o martingalas de distintas formas, que el buen uso de la espuela a la cincha.

Con lo explicado, el punto neutro a que me refiero (y que todo caballo lo tiene, unos a mas y otros a menos altura de la cabeza, según la forma y largo del cuello) es la altura correspondiente del regulador, o sea la cabeza, donde el caballo no puede apoyarse ni puede dar golpes tan corrientes de encuentros en el avance con las manos del jinete, que con toda facilidad se observa mirando de atrás a un jinete al trote sentado. Dominando el trabajo del bocado y de la espuela, el punto neutro se encuentra con solo levantar una de las riendas del bocado con los dedos, para levantar la cabeza, y con los toques de la espuela al pelo, y en la cincha para bajarla; y en este subir y bajar, cuando el caballo deja de cometer las dos faltas (apoyar o encontrar golpeando las manos) es el punto neutro o sea el tacto en la boca.

El motor-caballo lo forma la parte posterior, desde los riñones y su dominio lo ejercen la espuela y las piernas, el bocado, muy suavemente. Actuando las piernas en combinación con la espuela al pelo y a la cincha, lo frena, es decir, los posteriores van adentro, bajo la masa (al principio el uso de la espuela para hacer comprender al caballo lo que debe hacer hay que usarla con gran energía de castigo, haciéndose muchas veces no necesario esto con el buen trabajo a pie, que mas adelante describiré. En ese preciso momento si se quiere se retienen esas ayudas en forma suave e intermitente y no puede avanzar: está frenado, Principio de Concentración. De esa actitud en que se le ha colocado cambiando la espuela o talón, simplemente hacia atrás de la cincha se le acelera para partir la marcha adelante sin permitir que antes haya hecho movimiento de retroceso de uno u otro posterior. Si lo hubiera hecho, volver as la actitud de frenado y acelerar enseguida, consiguiendo, Principio de Impulsión.

El amortiguador de este motor es el tercio anterior que solo se hace presente en la combinación del motor y del regulador. La llave viene a ser el riñón que permite frenar con su contracción, y en su elasticidad o facilidad de movimiento permite romper la marcha.

El vapor de este motor lo da el combinado uso de frenar y romper la marcha con la atinada cadencia de la mano, descrita en el tacto, pues el continuo uso de frenar y arrancar, los violenta: a mayor violencia mayor motor, principio de impulsión en los aires.

Como se ve los puntos de importancia son los extremos, cabeza y posteriores, ayudados grandemente o permitidos a actuar por los riñones que sirven de bisagra.

Voy a suponer que el que lea o desee poner en práctica el contenido de este trabajo, sea jinete que domine completamente no solamente las ayudas laterales, sino que haya llegado a la escuela de valorización o sea el perfecto uso de las ayudas diagonales, ejecutando con ellas cambios de manos (no como es corriente determinarlo por el hecho de ir en cuadrilátero de derecha a izquierda diagonalmente, sino materialmente ejecutado, es decir, que se vea el cambio de manos ejecutados por el caballo) contra-cambio en dos pistas, ladeos con espalda adentro, cabeza al muro, grupa al muro, partidas al galope y cambios, todo esto en círculos, serpentinas, etc., y al paso, trote, galope. Como todo lo relacionado a estas equitaciones de “Escuela Ordinaria” y de “Valorización” esta descrita claramente en “Mis Observaciones del Caballo y el Jinete”, las silencio para hacer lo mas corto posible el contenido, que lo podría llamar: la continuación a los seis años después de mi folleto ya citado.


Capítulo II

TRABAJO AL PASO


Lo juzgo de gran importancia. En mi trabajo diario de campo lo uso para practicar el galope sin sufrir las reacciones de éste y desde luego evitar maltratarse.

En este avance al galope es donde mas fácil se llega al tacto, en la última por la impulsión que toma el caballo en ese aire solo hay que preocuparse en concentrar con la adecuada colocación de las piernas llevando toda atención a la cadencia de las manos. En la primera o sea al paso, se encontrara la dificultad de la falta de impulsión que el animal no la tiene natural (que raros la tienen al paso) cuidando constantemente para la impulsión las piernas y espuelas, como se tiene señalado. Un caballo correctamente trabajado al paso, que ejecuta con precisión el cambio de manos diagonal, el doblar y cambiar de mano, las medias vueltas, las invertidas, serpentinas y contra cambios de manos en dos pistas, puedo asegurar que sin haberlo galopado, será el que mejor y mas tranquilo efectúe los trabajos a galope. Esto lo resolví estando enfermo en una clínica donde temí que ya no podría montar, o que por lo menos me lo prohibieran en aires violentos, digo resolví porque encontrando la ejecución de las dos marchas eran laterales e iguales, no habría inconveniente trabajar el caballo a galope sin que vaya a ese aire. Tan luego salí de la clínica lo puse en práctica llegando a la certeza que era una realidad el preparar para un buen trabajo de galope, sin galoparlo, solamente con el ejercicio al paso.


Capitulo III

PUESTA EN MANO


El placer de la equitación, siento no poderlo describir, y sobre todo la sensación que el jinete siente al conseguirlo. Es un momento en el que él jinete no sabe si esta montado en una nube o posee el Universo entero con todas sus deidades, o si lo ha dominado completamente. Es un instante grande que llena de satisfacción y vanidad. A mi concepto esto es la “Alta Escuela”. Sin ella no hay el arte de la equitación, y como es muy difícil, (pues hay un autor y equitador famoso en el mundo, que declaró, que solo después de cuarenta años de montar lo consiguió) creo que se podría decir de quien lo alcance, es un escogido de Dios….

Al tratar en que consiste la “Alta Escuela”, me aproxime a describirla porque ella sale de ese máximo de equilibrio, de esa impulsión o estado de violencia sin defensa, que permite u obliga al caballo a someterse, no a la acción de las ayudas materiales, sino a obedecer, casi a la transmisión de pensamiento. Llegado a este estado, esta sin poder el animal, y entonces su mandíbula inferior entregada al menor contacto del bocado, y, si efectúa la flexión, ha completado la puesta en mano. Ahora que puede llegar a estar en la mano sin estar en equilibrio perfecto, Boché llamaba a su equilibrio en puesta en mano. Romane y Fillis, en su crítica, da el nombre al equilibrio perfecto con la puesta en mano. Resable, entre uno y otro en las explicaciones hay una gran diferencia, indudablemente que el de Boché era imperfecto, pues a razón de la menor altura de la cabeza y exagerada concentración del cuello y de los riñones, restaba movilidad o ligereza con peligro al acumulamiento. Fillis, ordena gran movilidad y ligereza e impulsión.

Como se ha visto la puesta en mano no es el hecho en que el caballo saborea el bocado y hace espuma, pues esto la generalidad de veces no es mas que una defensa, porque al efectuar el saboreo incesantemente llega a lo que denominarán romper la nuez, ejecutándolo con la movilización de ambas mandíbulas y tratando de morder el bocado en un desacuerdo y de tal rapidez que no hay manos que puedan seguir el movimiento, entonces la mandíbula inferior esta a su voluntad, en cambio, la cesación completa o verdadera es la ejecutada en cada avance, buscando contacto por la impulsión y cediendo la mandíbula inferior sola, ante al contacto de las manos, quedando entonces bajo la acción del jinete. Esa mandíbula obedece al que esta arriba, la acción del jinete es la ya descrita de piernas y manos, las manos deben recoger y soltar con las piernas, es decir en un acuerdo perfecto. Las riendas no deben estar cortas sino flojas para permitir pasar la impulsión, pero siempre listas a establecer el contacto, permitiendo así la libertad del cuello que en una perfecta puesta de mano se siente claramente crecer al caballo, pues da la sensación que se sube sobre las manos. En línea recta la impulsión de las piernas pasa a las manos; y en las vueltas y curvas la impulsión de la pierna derecha pasa a la mano izquierda y viceversa. No dejare de citar lo que Fillis dijo: “Si el caballo de armas, el de tropa, esta suficientemente aligerado en su primer adiestramiento, si el soldado que lo monta tiene noción del equilibrio y con recursos de ocasión, la caballería ganaría en aspecto, solides y fondo”. El jinete estaría mas seguro de él y de su montura; estaría más ligero, mas vivo, menos torpe….

Lo que es difícil describir o determinar es, cuanto las manos deben retener o ceder a la impulsión. Aquí el principio de la verdad que hace difícil el tacto en conjunto en la exacta combinación de las ayudas. No se puede aconsejar mas que paciencia y constancia hasta encontrarla, puesto que cada avance no es matemáticamente el mismo, siendo entonces las cesiones mas largas o cortas, es el gran problema para el ecuyer (equitador) que quiera alcanzar lo que llaman la equitación sabia. He dejado de lado como ayuda la vista por distracción, pues esta presta grandes servicios para la altura de la cabeza, movimiento de espalda, contracciones indebidas del cuello, llevando la seguridad al jinete que su caballo va bien puesto o cometiendo alguna falta.


Capitulo IV

ALTO Y RETROCESO


Por estar el Alto y el Retroceso tan unido con las puestas en mano, voy a tocarlos.

El alto debe ejecutarse con las mismas combinaciones de piernas y manos, siempre las manos serán precedidas por las piernas, con la finalidad de que las manos no actúen de improviso que puedan hacer daño en los asientos de la boca, sino avisado por las piernas a la cincha, que a la vez prepara la posición de la cabeza. En el retroceso o paso atrás es idéntica que para adelante, pero como es retrogrado el avance, las ayudas lo son también: piernas y manos. El alto, el semi-alto y el retroceso bien ejecutado son no solo auxiliares sino determinantes de la puesta en mano. El paso atrás esta claramente descrito en “Mis Observaciones”, primera parte.


Capitulo V

EMBOCADURA


Aunque lo cierto es que la suavidad o ligereza de la boca es el resultado del buen equilibrio, hay animales que por su cuello defectuoso o falto de sensibilidad requieren una embocadura potente de dominio, y otros a la inversa. También hay muchos jinetes que no tienen tiempo, y otros, conocimiento para el equilibrio, entonces el embocar apropiadamente es el mayor auxiliar del que pueda disponerse. El bocado mas conveniente a mi criterio para una educación, diremos sabia, es el llamado de bomba, también denominado de Polo, que por su suavidad favorece a las flexiones y cesiones, y desde luego por su misma movilidad, salidos del picadero o de un trabajo individual al exterior y en compañía que distrae tanto al caballo como al jinete, debe ser prohibido, pues es muy difícil el ecuyer que pueda emplearlo.

Hay diversos bocados como: el Pelham, de Saumur, Lhotte, Theuvenin, etc. Los efectos en general son: ramas largas, cañoncitos gruesos y barbada floja: bajar la nariz. Barbada ajustada y ramas cortas: a la inversa. Colocado alto, levanta la cabeza y tiene menos poder. Colocado bajo, mucho más poderoso. Probado uno y otros, y colocándolos en las diversas maneras se puede llegar a la embocadura apropiada.

Capitulo VI

FLEXIONES LATERALES


Para la puesta en mano y concentración es indispensable y tan indispensable es, que es de donde parte el “Passage” cuando hay la debida impulsión y faltando esta para la ejecución de la campanela. Ella sirve para en marcha cuando el caballo que sale de la mano obligarlo a la cesión sin restarle impulsión, lo que no sucederá si se obliga con la flexión directa que resta impulsión, pues la cesión debe ser ejecutada por el caballo y como consecuencia de estar en la mano. También es de suma importancia para el dominio, pues bien empleada no permitirá que se abra o rehúse acercarse a un sitio determinado, los pone completamente a merced de las piernas y manos, sin abusar de ella por provocarles mucha violencia.

Siendo el efecto, el resultado del empleo marcado de ayudas diagonales a mas de concentrar grandemente, pues facilita no solo el “Passage” sino también el galope en el mismo terreno y aun el galope atrás. Cuando ya no es necesario el muro se hará en círculos y cambiando en 8. Muchas veces sino casi siempre con las paradas y semi-paradas para la puesta en mano, toman una especie de paso porque pierden la diagonalización, es entonces cuando el trabajo de la flexión en círculo presta grandes servicios pues es lo que mas obliga a diagonalizar, de ahí que sea donde el caballo bien trabajado toma el “Pasage” distinguiéndose así de los solamente trabajados a pie.


EJECUCION


Vamos a suponer que está avanzando a la izquierda, esto puede ser al paso, trote y galope, llevando como ayudas a la derecha un muro (el trabajo debe ser como en todo, ordenado: primero al paso después al trote y luego al galope). Se emplearan las ayudas diagonales como si fuera a voltear a la derecha con efectos tan fuertes como sea necesario de la pierna izquierda para impedir que desplace la grupa y la rienda derecha se jalara suavemente para que voltee un poco la cara provocando la cecion de la mandíbula, ó solo el no jalar la mano, la pierna debe ser enérgica no solo para impedir el desplazamiento de la grupa sino también para obligar meter el posterior derecho que debe coincidir con la cecion siempre avanzando. En las primeras lecciones hay que contentarse con lo poquito que el caballo ceda y tan luego lo haga, ponerlo recto, dejarlo avanzar y volver a pedir así en cada cuatro o cinco metros, cambiando de dirección para hacerle lo mismo en avances a la derecha.


Capítulo VII

TRABAJO A PIE


Al tratar la preparación de esta educación, aconsejaría al jinete (salvo a los muy expertos) no montar el caballo en educación, hasta que no efectúe el avance, la parada, el paso atrás, humillación, flexiones de la mandíbula y piafé. Durante todo el tiempo que dure la educación montada, antes de cabalgar hacer el trabajo a pie por lo menos de la mandíbula y el Piaffé, y no pedir de arriba nada de lo que ya el caballo ejecuta a pie, sino conforme avanza la equitación montada, aprovechar cada vez que el caballo se entrega a una u otra cosa conforme su concentración y flexibilidad se lo va permitiendo. En el trabajo a pie las ayudas son: por supuesto la mano para la boca actuando como ya he explicado, es decir cediendo y reteniendo, y el chicotillo para la impulsión, y de ayudante un muro o pared corrida paralelamente al caballo quedando éste entre el muro y el profesor, lo llamaremos así para evitar la huida.

Iniciada la educación a pie con el avance o romper la marcha al paso, parada y paso atrás, se dejara sueltas las riendas del filete, tomándose las del bocado a los 15 o 20 centímetros de distancia del anillo de la rama, con la mano izquierda por adentro y encima como si se estuviera montado, actuando tal como se tiene explicado en el tacto, quedando el profesor de frente entre la cabeza y el cuello y en la mano derecha el fuete. Una vez que el caballo está parado y avisado con pequeños toques con el chicotillo en la grupa, se le tocara con este entre la espalda y punta del pecho hasta que comience a avanzar cuidando que sea en línea recta. A los 5 metros las manos se retiene con los dedos hacia adentro y a la vez se te toca con el fuete bajo la cincha hasta que haya efectuado la parada; conseguido esta sigue actuando la mano y el fuete atinadamente hasta que de unos cuantos pasos atrás. En la primera lección, aunque sea uno (no olvidarse que tan luego se consigue lo que se esta enseñando, debe acariciarse con la mano y cuando lo esta ejecutando con la voz “¡Au! ¡Au!”. Principios estos de concentración e impulsión, así como del futuro dominio con la espuela, base de la buena equitación. Ver láminas Nº 01 y 02.



Toque para iniciar el avance. Nótese los estribos están recogidos
Lámina Nº 01



Toque para iniciar el paso de extensión y paso español
Lámina Nº 02

Flexiones de la Mandíbula.- Cuando ya ejecuta lo anterior, se le cuadrara bien avisado, tomando el profesor con la mano izquierda las riendas del filete conforme la lamina Nº 03, lo que va a impedir, el ir atrás, así como conservar la cabeza a la altura conveniente, no permitiendo que la baje, pues siempre debe estar lo suficientemente alta para encontrar el punto neutro del que ya hemos hablado, y con la derecha las del bocado, tal como se ve en la lámina Nº 04, esta ira tirando suavemente pero de forma continua aún cuando abra la boca, solo dejara de actuar si se ha conseguido que movilice si quiera un poquito la mandíbula inferior, o el profesor, por lo incomodo, no resista mas. La izquierda se hará presente jalando hacia adelante cuando quiera ir atrás o levantando cuando baja la cabeza. La flexión hay que distinguirla de abrir la boca, como ya lo he explicado claramente en la puesta en mano; la flexión viene a ser la cecion, de manera que la verdadera es cuando la efectúa movilizando solo la mandíbula inferior. Tan luego la ejecuta en cada pedido, que estas deben de ser de acuerdo con el movimiento, debe la mano actuar con el tacto tantas veces hablado.

Humillación y principio de concentración.- Estando el caballo bien cuadrado, se le tomará las riendas del bocado con la mano izquierda y se ira tirando hacia abajo. Como ya esta flexionado, en cada cesión se actuará con el tacto, pero siempre jalando hasta que baje lo mas posible la cabeza a tierra conforme a la lámina Nº 05, Conseguido, y en esta posición, con la derecha que tendrá el fuete, tocando uno y otro posterior para que los meta bajo la masa, ver lámina Nº 05, Conseguido: caricias. Esto debe hacerse también seguido de una parada, pues ejerce una gran influencia para el dominio del caballo y para la concentración.

Iniciación de la flexión de la mandíbula
Lámina Nº 03


Ejecutando la flexión
Lámina Nº 04



Humillación y toque para iniciar la concentración.
Lámina Nº 05

Piaffé.- Adiestrado en todo lo anterior sale fácil, no hay mas que con la mano izquierda tomar la rienda del bocado, cuidando todo, lo explicado sobre altura de la cabeza, flexión y tacto; y con la derecha con una fusta de picadero se le dará golpecitos mas o menos suaves entre los riñones y grupa sin dejarlo avanzar: posiblemente a poco efectuara el “Piaffé”. Si lo hace o inicia: caricias. Ver Lamina Nº 06.


Toque para el Piaffe.
Lámina Nº 06

Campanela.- Viene a ser un “Passage” sin impulsión, provocado con las mismas ayudas del Piafé sin castigar con la espuela, de manera que el balance del jinete actúe para hacer balancear las espaldas del caballo, suspender los anteriores dejándolos avanzar actuando las flexiones laterales al compás del balanceo. Desde luego los posteriores van bajos, la espalda balanceando y el lomo flojo.

Passage.- Igual que para el Piafé permitiéndole avanzar, tocando con el fuste al doblar de cada mano para que levante la espalda. Ver lámina Nº 07.

Paso Español.- Actitud de caballo y profesor, es la misma como en todos los aires de Alta Escuela, debiendo actuar las ayudas diagonales y sus efectos tomando las riendas del bocado en la mano izquierda, se contrae la mano para que actúe la rienda izquierda, se toca esa mano con el chicotillo por el lado derecho, al pisar con ella se tocará el posterior derecho y se seguirá ejecutando los toques correspondientes, así en cada avance por varios metros.

Todo este trabajo a pie viene a ser el poderoso auxiliar para abreviar la educación de Alta Escuela, que si no se ha conseguido, solo queda en Circo, y por esto es el temor de recordar su uso. Debe hacerlo un ecuyer que no quiera engañarse así mismo, porque indudablemente su ayuda es terminante y evita todos los peligros que tiene el buscar la impulsión, la concentración y el piafé de arriba. Los peligros a que me refiero es la caída del jinete por la defensa que pueda tener el caballo al obligarlo.



Toque para suspensión de las espaldas, iniciando el Passage.
Lamina Nº 07

Piaffé Montado.- Viene a ser el máximo de la expresión de la concentración. Se ejecuta con todas las ayudas ya explicadas para la puesta en mano, y con un pequeño balanceo de la montura a compás de la diagonalización que se está buscando, y como el caballo ya lo hace a pie por la acción de las manos y fuste, puede el jinete pasar sobre su hombro con el fin de que caiga ó toque la grupa como lo hizo a pie. La espuela o tacos claramente deben tocar al compás del balanceo del jinete, su lado correspondiente, y la mano cediendo, pero, no dejando avanzar, a fin de que la impulsión que pueda usar para avanzar, la aproveche hacia arriba.

Passage Montado.- Se puede efectuar de dos maneras: el primero, salido de las flexiones laterales, pero actuando las manos como en el Piaffé, es decir, reteniendo el avance para que la impulsión dada por las piernas, la tome para la altura, contrariado por la no ceción de las manos en el justo momento de la impulsión, desde luego desaparece la puesta en mano, y en el segundo el verdadero “Passage” de escuela o sea con la puesta en mano perfecta, pues el “Piaffé” y el “Passage” bien ejecutado en cada diagonalización debe ejecutar la flexión o la puesta en mano estando en “Piaffé”, actuando las piernas con energía avanzará, y ese es el “Passage” concentrado.

Paso Español Montado.- Con las mismas ayudas indicadas a pie, puestas en ejecución no hay mas que levantar las riendas izquierdas un poco, tocar la pierna derecha, inclinar el cuerpo a la derecha y viceversa al otro lado y darle la voz convenida ¡Au! ¡Au!. Desde luego cuidar de que sea diagonalizado. Este aire también esta considerado entre los de Alta Escuela. Yo no opino lo mismo, no encuentro la concentración y desde luego casi no se puede hacer con la puesta en mano. A mi concepto es solo un conocimiento más.



Toque para suspensión de anteriores


Toque para suspensión de posteriores

Galope Montado en el Mismo Terreno.- Si el caballo esta con la debida concentración y ejecuta espléndidamente las flexiones laterales, llega fácilmente. Estando al galope se le va poco a poco acortando con las manos y toques de la espuela a la cincha, siempre con las ayudas del galope, es decir si esta a la izquierda actuando la mano izquierda como para buscar una flexión, la pierna derecha un poco atrás de la cincha, y la izquierda en la cincha, suavemente, las manos, y en cuanto mas corto es el galope que se va obteniendo, mas energía en las ayudas de las piernas hasta que llegue a no avanzar, seguir en el movimiento del aire por mando de las piernas. Debe cuidarse muchísimo la puesta en mano y la cabeza alta.

Ladeos.- Se puede hacer en “Passage” y “Paso Español”. Puestos en aires, aplicar las ayudas conocidas del ladeo, marcando con bastante fuerza como empujando las piernas del jinete desde el asiente hasta la rodilla sin dejar de actuar en sus ayudas del “Passage” o “Paso Español”, de la rodilla para abajo la espuela.


Capitulo VIII

AVANCES RETROGRADOS


Se puede hacer en “Passage” estando bien preparados en las ayudas del paso atrás con uso de las espuelas. Se pone al caballo en “Piaffé”, se mete el asiento como en paso atrás, siempre en compás con el posterior que va a mover, se sigue violentando para el “Piaffé” reteniendo con las manos y actuando mucho los riñones y asiento del jinete, y el caballo avanzara atrás recogiendo en altura los posteriores, haciendo así el “Passage” atrás.

También se ejecuta al galope con las mismas ayudas de galope en el terreno, y los riñones y asiento del jinete por el retroceso, estando galopando en el terreno, se continua con sus debidas ayudas y es así seguro que entrando en una gran violencia de batida atrás. Las ayudas puede decirse que se emplean en forma ondulante: vienen de las manos a la espuela, a las piernas, al asiento, a los riñones con gran presión de la pierna de afuera.

Sobre parado, como hemos visto, dar golpes atrás no es de Escuela, pues el caballo cuando galopa atrás no deja este aire, de manera que puede estar ejecutándolo, adelante en el terreno, para atrás, o viceversa, y al lado. Esto es Escuela. Todo con la puesta en mano.


Capítulo IX


A pesar de la inteligencia y gran memoria del caballo, como estando en escuela los movimiento y aires son completamente distintos a los de su estado en libertad, puede decirse que la enseñanza es difícil, y mas difícil todavía la conservación y lucimiento después de haber sido perfectamente educados, porque a saber tanto y ser tan sensibles que se adelantan a la acción de las ayudas y otras veces en resistencias con la contracción de los músculos donde va a ser aplicada la ayuda de mano o pierna para no atender de inmediato. Por esto puedo asegurar que aun cuando en poco tiempo mas o menos corto pueda alcanzar una equitación completa, la educación dura todo el tiempo que lo use, de ahí la gran paciencia del ecuyer: primero enseñar, y después corregir y seguir enseñando.



Toque para el alto, preparándolo para hacerlo con la espuela.
(Dominio del caballo)



Toque para el paso atrás, preparándolo para hacerlo con la espuela.
(Dominio del caballo)


Capítulo X

SALTO


No teniendo inconveniente el salto con la Alta Escuela, como muchos creen, voy a tocar algo al respecto, dejando de lado la carrera de obstáculos que media muchísimas condiciones especiales además del factor suerte.

Natural es que un caballo con la concentración de Alta Escuela, o sea con el dominio del motor, ejecute los pases perfectos con todo el aprovechamiento de su poder debido a que en la impulsión los posteriores los empleará no del aplomo o de atrás, sino bajo la masa. Ahora que a un caballo que ha alcanzado un perfeccionamiento de Escuela no debería concursar en obstáculos porque resulta probable que se pueda lesionar un miembro y se pierda un animal que alcanzó superioridad por ejecutar algo que no es la meta para lo que fue educado. Sin embargo, es corriente que miles lo hagan, pero por placer puedan hacerlo pasar obstáculos variados.

La equitación de salto en cuanto a las ayudas deben ser las convenidas, en lo que a las manos se refiere, rienda directa y contraria, la segunda sobre todo en las curvas, en las huidas, en las rehusadas, pues es la que domina y manda, no así la directa que solo pide, desgraciadamente y equivocadamente, la prefieren la mayoría de los concursantes. La actuación de las piernas es completamente distinta a las explicadas en la puesta en mano, lo que no es posible conseguir en los grandes aires, de manera que el caballo adiestrado en el salto debe estar en la mano y delante de las piernas, por ser necesario el punto de apoyo en las barras. La atención debe ser al tacto exclusivo de las manos para que llegue a estar en la mano, no tire, no cabecee y las piernas presionando con tanto o mas energía como sea necesario, y en las curvas, defensas, huidas, rehusadas, sus efectos deben ser atrás de la cincha la pierna de afuera haciendo así efectivo el dominio de la rienda contraria, quedando completa las ayudas laterales de gran poder. Nunca debe ser castigado en las defensas con la espuela de adentro, que no hace mas que favorecer la misma defensa, sino con la de afuera que lo domina. En el recorrido si se lleva chicotillo, este debe usarse por el lado exterior pero con afecto, siendo enemigo declarado de su uso, pero gran partidario como complemento, jamás debe usarse por el interior. El castigo tanto con el fuete como con las espuelas debe ser prohibido. El caballo para usarlo en salto debe primero haber sido completamente adiestrado en la cuerda, que pase obstáculos variados, tanto en altura como de extensión, a distancias distintas, seguidos unos de otros a cuatro, tres, dos y una batida para tranquilizarlos, al paso, trote, aligerándolos en las tres batidas antes de tomar al obstáculo y después de caer retomar su cadencia, hollando bien. Hollar en cuanto el obstáculo quede en medio de la trayectoria del salto, cuando la distancia a que lo tomó es la más cerca la que cae al otro lado, los miembros anteriores y posteriores replegados a la misma altura.

Llaman saltar “volando” cuando se elevan mucho sobre el obstáculo planeando, bueno para las marchas ligeras.

Saltar basculando cuando lo toman muy cerca, se elevan rápido, recogen los anteriores, planean muy poco, corresponde a los saltadores en altura.

El “salto en candela” lo denominan al retenido por la mano del jinete, cuando los posteriores al descender son mas bajos que los anteriores.

Un jinete observador al trabajar su caballo a la cuerda, puede darse cuenta clara, si tiene facilidad para grandes alturas, y entonces, no modificándole su aire natural, aprovecharlo en ves de sacrificarlo haciéndolo tomar obstáculos de lejos.

Elevación.- Han calculado el de la cruz al pasar en 0.20 y en el descanso en la picada de 0.15, resulta de 0.35 de elevación sensible al jinete en obstáculos de 1 Mt.

El salto tiene cuatro periodos. Primero, aumento el descenso del tercio anterior. Segundo, el tercio posterior se fija en el suelo, sostiene y proyecta al anterior. Tercero, los posteriores dejan el suelo. Cuarto, los anteriores tocan tierra. Todos con concentración y distinciones del riñón y basculando del cuello en sus movimientos correspondientes.

La actitud del jinete en el recorrido debe ser de gran cuidado en la boca, o sea el tacto de las manos, cediendo solo lo necesario en cada batida del galope y no a modo de jaladas fuertes que resultan golpes en los asientos, esto también lo hacen equivocadamente para levantar la cabeza, siendo el filete el suspensor, no hay mas que levantar la mano siempre dentro del ritmo del tacto, reteniendo y empujando con las piernas. No debe ir parado sobre los estribos pues esto quita la debida actuación de las piernas, ni tampoco el caer y levantar en las batidas sobre la batalla de la montura que es dañino al caballo, la actitud debe ser serena e igual sin contacto con la batalla, con sujeción en los muslos y rodilla, y de aquí abajo con libertad de acción. Al acercarse al obstáculo las manos deben ir un poco altas y las piernas con su presión, mandando, al producirse el descenso, en el arranque brilloso, las manos deben bajar y dejar libertad, corrigiendo si el error de levantar las manos en la ilusión que ha levantado al caballo, haciéndolo saltar; y lo único que han hecho es impedir la preparación del salto, pues por lo que hemos dicho hay un descenso previo y natural, que hay que dejarlo libre. Es tan cierto el error de la ilusión de levantar el caballo, que casi todos los caballos concursantes ya no lo efectúan ni en los de potencia, y desde luego les han restado facultades.

Mientras los obstáculos son tanto de altura como de extensión, normales, de 1.20 a 1.40 mts. y de 3 a 4 mts., respectivamente, la conducción es mas o menos la misma. Tratándose de grandes alturas, varia la actuación de las manos, las que deben dejar gran libertad, actuando solo al terminar el planeo, y las piernas no marcar la picada, para que esta sea lo mas cerca posible, permitiendo el bascular, y, en el de extensión puede decirse todo lo contrario, pues esto debe ejecutarse como el salto volando, entonces las manos retienen para no dejar caer y las piernas actúan con gran presión en toda la trayectoria.

Es interesante llegar a distinguir y diferenciar la actitud de manos y piernas, las que en Escuela, en la puesta en mano, hay el ir y venir de la impulsión de las piernas a las manos y de las manos a las piernas, y en el exterior como en los recorridos están delante de las piernas por su continua acción, y por esta misma acción sobre la mano, de aquí el tacto de ellas.


Capítulo XI

Polo


No conociendo las reglas de este juego, solo me limitare a insistir en cuanto a las ayudas se refiere. Siendo un juego violento estimo que los dueños de la cancha sería o son los que mejores ayudas tienen, pues estas dan las velocidades y no es posible hacer uso de la rienda directa, máxime cuando solo se trabaja con una mano, entonces estas deben ser las laterales, con gran empuje y castigo con la pierna del exterior, contrariamente como veo usar en las vueltas y revueltas, la pierna interior que actúa reteniendo oblicuando, siendo necesario mucho mas terreno para ejecutarlas, y desde luego tiempo perdido.



Nota Final


Estimo que estas líneas, unidas a las contenidas en la primera parte de “Mis Observaciones sobre el Caballo y el Jinete” puedan, si no conducir claramente a un perfeccionamiento en el Arte de la Equitación, por lo menos lleven bastante luz al aficionado que quiera llegar a encontrar el porqué del placer de la equitación como arte puro y como tal solitario, pues no necesita mas, que el caballo adiestrado, y por espectador el horizonte.

Comparación de equilibrio

Esta fotografía es de Tarzán ya educado, pero en su equilibrio natural. Nótese su mala conformación, es decir: espalda baja y por consiguiente cuello al revés y nariz al viento. Apréciese al jinete sin tacto y sin mando.




Foto del mismo caballo y en el mismo día. Nótese la actitud de caballo y jinete, distancia de miembros en apoyo, altura del cuello y colocación de la cabeza, recogimiento del riñón, cadencia en el movimiento de los posteriores, actitud de tacto y mando del jinete, levantamiento de la espalda del caballo. Confirmando esta comparación a mi afirmación en mis “Observaciones sobre el caballo y el jinete”, que la equitación es un arte plástico porque el jinete conocedor modula al caballo.





Ladeo con grupa adelantada


Ladeo con espalda levantada


Contracambio de manos con espalda adentro


Paso de extensión

Paso español



Flexión lateral



Passage sacado de la flexión


Piaffe



Pasage sacado del piaffe



Passage.- Tiempo de posteriores, obsérvese altura e impulsión


Passage suelto


Ladeo en Passage



Ladeo al galope


Actitud en galope atras en el terreno para iniciar el galope atras.


Galope atras

Publicado por: Wenceslao Rosell Pinillos

viernes, 13 de agosto de 2010

El Caballo Peruano de Paso, Sus Pisos y Enfrenadura, W. Rosell




“El Caballo Peruano de Paso”
Sus pisos y enfrenadura


Wenceslao Rosell

Estancia Matazango, Julio de 1945
Lima - Perú




PROLOGO



Don Wenceslao Rosell, accediendo al pedido insistente de los numerosos aficionados y criadores que nos reuniéramos en Lima con motivo del Primer concurso del Caballo de Paso, ha cumplido su ofrecimiento obsequiándonos en este folleto un resumen de su arte y experiencias de Chalán.

Chalán, es un vocablo de origen árabe (Chalab) conque en el Perú llamamos, con más o menos propiedad, a los equitadores del caballo de paso, a los que también denominamos "enfrenadores" cuando se colocan al servicio de un patrón y pierden su condición de aficionados.

Wenceslao Rosell, cultor exquisito del deporte caballeresco, es chalán de nacimiento; nacido en la opulencia de Trujillo, no ha podido sustraerse a la Tradición del Caballo Peruano. El como ninguno ha reunido en la escuela de la experiencia, las sabias lecciones que sobre la silla le dieran sus progenitores y aquellos enfrenadores magníficos que se llamaron Francisco González y Emilio Bazán, con quienes aprendió el fino arte de enfrenar como lo hiciera el Marques del Valle Umbroso de Manuel Cojapaico .

Como ya lo ha dicho Wenceslao Rosell, su "tema" es la Equitación y ella es en él locura y poesía, sino ahí está "Tarzán" su mejor poema.

Wenceslao Rosell ha venido de la Alta Escuela, en sueño de su juventud, a la Escuela Peruana, añoranza del pasado. En esta convención de aficionado se repite la historia de nuestra enfrenadura, en ella está el porqué de éstas líneas y la justificación de mi teoría de que la enfrenadura ha hecho a nuestro caballo y le ha dado sus aires característicos.

Nuestros antepasados debieron ser equitadores de la más perfecta escuela para haber logrado perder la diagonalización natural del caballo y perpetuar un aire adquirido como es el paso o andadura.

En efecto en el siglo XVI florecieron en España los mejores jinetes y surgieron los mejores caballos de equitación sobresaliendo los de estirpe cordobesa; pues, según afirma Bañuelos de la Cerda "no hay caballero en Córdoba que no tenga de esta raza y porque es bien saber que deben domarse y adoctrinar de un modo particular”.

En efecto en 1580 el Archiduque Carlos, hijo del Emperador Fernando I, funda en las montañas de Karst la estirpe equina más antigua a excepción del Árabe, de donde han de salir los Lippizaner, los más famosos caballos de equitación.

En el siglo XVI el Cordobés (Guzmán o Valenzuela) es el mejor caballo de Europa y en Lippiza como en todos los haras de importancia se buscan estos famosos sementales porque estampan su forma y condiciones de manera prodigiosa al extremo "que burlando ni veras salía caballo malo…".

Don Pedro de Zavala, Marques del Valle Umbroso en su Escuela de Caballería nos dice que: “Lima es Sevilla… sus caballos cordobeses, sus monturas las de Pizarro", y así como en Hungría los emperadores austriacos perpetuaron al caballo cordobés "digno sólo de ser montado por un Rey cuando quiere mostrar su majestad y gloria". Así en el Perú se perennizó no sólo al caballo, nuestro jacarandoso caballo de lujo, sino también su enfrenadura.

Los victoriosos soldados de España llevaron prácticas a la madre patria que debieron por fuerza influenciar la equitación española y como ellas ofrecían mayores ventajas y solidez, hubieron de introducirse en la Lidia y en el Torneo, arte y deporte supremo que no era sino medio agradable de prepararse para las duras pruebas de la guerra.

En efecto en el siglo XVI se comenzó a introducir la monta a la ”jineta" con estribos cortos, ayuda de piernas y la enfrenadura a las patas con lo que se logra desenvolver con impulso al caballo permitiéndole sacar hacia adelante del pecho y las manos. Enfrenadura más efectiva en el combate y en el toreo desplazó rápidamente a la Escuela Castellana y predominó en los suntuosos festejos ecuestres que llenan la historia de las fiestas del siglo XVII.

Venida a menos la Escuela Castellana, persiste entre nosotros con sus estribos largos, comodidad en el asiento y la enfrenadura a las manos por la que se domina al caballo solo con el bocado.

No debe extrañar entonces, que al regreso, el Marques del Valle Umbroso a España, a fines del siglo lleve como "arte singular" las prácticas de enfrenadura observadas en Lima; pues, dos siglos han hecho olvidar la genuina Escuela Castellana traída por equitadores de tanto renombre como Hernando de Soto y el mismo Gonzalo Pizarro.

Esta enfrenadura que es en verdad la más apropiada para el caballo de lucimiento que hoy llamamos de lujo así como para la comodidad del viajero se conservó, en efecto, en España para las Jacas de Fantasía y las que servían de montura a señoras y frailes.

Don Pedro de Zavala describe en su Escuela la Caballería como propio de Lima un estado de transición, "El adiestramiento de caballos corredores que se destinan a tropa" y "enfrenamiento de caballos de calidad y lucimiento", indicando que estos últimos "tengan paso castellano, y si puede ser también aguilillo”.

Este es el único documento de la época que nos da una idea sobre el olvidado arte de enfrenar; el que ha proseguido entre nuestros enfrenadores como reflejo intuitivo, como armonía vaga pero imperfecta. Ellos con mayor o menor sensibilidad y sentido del caballo han conservado el tacto aunque muchas veces sus acciones antagónicas saltan como herejías a los ojos del buen equitador.

El misterio de esta sensibilidad que el chalán no puede explicar con palabras o sujetar a reglas ha sido descorrido por Wenceslao Rosell en una primicia que el verdadero aficionado debe aprender como doctrina, sin reservas ni prejuicios porque ahí encuentra la verdad y la perfección de nuestra enfrenadura, verdadera gloria de nuestro Folklore.

Nuestro criollismo hace que muchos aficionados vean como anatema todo lo que trasciende a modernismo y así se moteja todavía a la introducción de las reglas del arte de equitar en la enfrenadura y a las descripciones de la zootecnia en la crianza.

Muchos aficionados han de resentir la introducción de las más simples reglas de equitación; así como Rosell todavía resiente nuestro intento de mejorar la conformación de cuartillas y corvejones; pero, los aficionados y chalanes encontrarán que sus caballos caminarán con mejores pisos y entrarán y saldrán de los tornos más desenvueltos apunto de aplicar los sabios consejos con que generosamente nos ha obsequiado uno, sino el mejor de nuestros aficionados.

Aurelio Málaga Alba.





El Caballo Peruano de Paso
Sus Pisos y Enfrenadura
Por: Wenceslao Rorell Urquiaga




Como miembro de la comisión encargada de hacer los calendarios de las actividades del Club Hípico Peruano, casi desde su fundación, hice siempre constar las fiestas del caballo de paso en mi deseo como aficionado de estimular su crianza, consiguiendo solo que se realice el primer certamen el 29 de abril último, gracias al entusiasmo que le despertó al actual Presidente de la institución doctor Alfonso Álvarez Calderón. El gran entusiasmo demostrado no solo por los criadores y aficionados al caballo peruano de paso, sino la gran concurrencia de público en los días que el jurado trabajó en las clasificaciones, como el día citado en que las tribunas y campos resultaron pequeños para los miles de espectadores que asistieron; la gran-exhibición de aperos modernos con magníficos pellones, la riquísima colección de componentes de aperos y aperos completos desde la época de la conquista, en que se admiró hasta un jato con piezas de oro, la creación de premios anuales de importancia pecuniaria instituidos por prestigiosas firmas; la espontaneidad del señor Presidente de la República, doctor Manuel Prado, que al solicitársele su apoyo dio las resoluciones necesarias para oficializar el primer certamen y organizar la " Asociación de Criadores", creando el premio "Presidente de la República", obsequiando el trofeo "Manuel Prado" y presidiendo el primer certamen, han llevado a mi ánimo la impresión de que solo estaba adormecido este pedazo de nuestra nacionalidad y por eso en plano inferior hasta antes de ahora, nuestro único y gran caballo.

Con solo lo hecho hasta el 29 de abril del presente año poco todavía se ha visto vibrar algo así como patriotismo, al avivar el deseo de conservar y dar su valor a ese animal que es propiedad nuestra.

Motivos suficientes los anotados que unidos a la solicitud de algunos aficionados me hace intentar escribir este folleto exclusivo para el caballo de paso, tomando o repitiendo todo lo necesario de mis folletos titulados "MIS OBSERVACIONES SOBRE EL CABALLO y EL JINETE", uno publicado por la Escuela Militar de Chorrillos en 1940, donde hago mis apreciaciones sobre el arte de la equitación, y el otro en el que trato de definir la "Alta Escuela" y la "Puesta de Mano", ilustrados con fotos de los trabajos ejecutados por mi caballo “Tarzán”.

Honra este folleto el prólogo del doctor en ciencias veterinarias Mayor Aurelio Málaga Alva, gran admirador de nuestro caballo.


CAPITULO I.

Generalidades.


Hay personas que con respecto a la enfrenadura del caballo nacional dicen ser poseedores de secretos, y como nunca suelen comunicarlos, se van perdiendo en forma lamentable para las futuras generaciones.

Están ellas relacionadas con aquello que los criollos llaman enfrenadura del caballo nacional, y que, por no haber al respecto nada escrito que yo sepa, ello también me ha decidido a escribir este folleto llevando al ánimo de mis amigos lectores el convencimiento de que el enfrenar no es cosa baladí o empírica que se puede hacer al acaso o al capricho cuando se ignoran las causas de los movimientos, que se piden al animal o aquellos que se les enseña, realizándose la susodicha enfrenadura por mera imitación y nada más, pero sin el cuidado paternal, digamos así, y arte necesario: cuidado y arte que solo los dan la vocación innata del jinete o equitador instintivo, valga decir, que son muy raros.

La ciencia de conocer y guiar el caballo es compleja por su naturaleza misma. Y, sabido es que hay dos métodos para llegar al conocimiento de toda verdad científica: observación y experiencia.

Pues bien, mi experiencia y observaciones me hacen opinar que debe tenerse como axioma de enfrenadura y equitación que, para educar este animal, noble compañero del hombre, todo aficionado debe tener presente que da mejor resultado y es más positivo usar continuamente de solicitudes y caricias que emplear equivocado rigor. La causa de esta ley deriva de que en el sutil instinto de la bestia predomina el factor recuerdo sobre el factor inteligencia. Muchas veces he comprobado que el caballo recuerda siempre una caricia oportuna y no olvida fácilmente el castigo indebido.

Entre los árabes, que son los jinetes que más aprecian y sienten, a la par que saben agradecer los servicios del caballo, se observan proverbios muy bellos y comparaciones distintas como: "solicita la limosna de la mano de una mujer", “con sus cascos hiere a su enemigo en la cara".

El aficionado no debe ignorar tampoco que el caballo, a través de la historia universal, ha sido muchas veces el elemento decisivo en grandes acontecimientos y en los más novelescos actos bellísimos y elegantes, privados al ser humano.

La clásica época caballeresca de la edad media ha dado al hombre un nuevo nombre: “Caballero”, titulo bastante de cortesía, nobleza y finura, derivados, sin disputa, de la admiración con que se mira al hombre que está montado arrogantemente a caballo.
Por estas razones no me cansaré de recomendar que a toda obediencia de lo pedido al caballo o al ejecutar éste el movimiento con el equilibrio buscado, debe de inmediato el jinete acariciarlo, recompensarlo con azúcar -pues es muy goloso-, sin el temor de lo que se dice cuando al hombre se le recompensa o aplaude su obra de bien: "cuidado que se puede engreír como una bestia". En esto el caballo nos enseña que no se engríe como la generalidad de los hombres, sino que se muestra contento, toma alegría y se adorna al hacer las cosas bien. Cuantos ejemplos se podrían tomar de los llamados despectivamente bestias, en el sentido de agradecimiento. A propósito de recompensa y engreimiento voy a narrar dos casos curiosos, por tener testigos para citar.

El uno: Durante ocho años que tenía yo a “Tarzán" acostumbraba al llegar o salir de "Matazango" -fundo donde trabajo- de saludarlo y despedirme, y en el resto del día por tenerlo muy cerca lo acariciaba al pasar o le daba la voz, y lo montaba diariamente. Bien, en 1941 adquirí en Buenos Aires un caballo de raza Orlof, negro entero de color, y en los primeros días de tenerlo en "Matazango", por la novedad y deseo de saber lo que daba, a diario entraba a su box, le llamaba por su nombre ("Otello") y le daba azúcar, y por supuesto la montaba, comenzando su educación.

"Tarzán" de quien me olvidé en esos días miraba por la ventana de su box, vecino. A los 8 o 10 días de esto entré al box de “Tarzán" y pasando al interior como de costumbre l llamo por su nombre, y al no acercarse lo llamo con imperio y le miro la cara, la que tenía una expresión de fiereza, todos los músculos contraídos, y a poco tira las orejas atrás y se me viene a tarascadas. Me defendí lo que pude con el sombrero y al no dominarlo llamé al mayordomo de la chacra don Federico Carrillo, que estaba cerca, quien al entrar al box consiguió hacerlo retirar. No lo castigué, le hice cariño y desde entonces, aunque no lo monte, lo acaricio. ¿Piensan o no los caballos para que les despierten y manifiesten los celos?.

El otro: De esto hace solo un mes. Despierto a media noche fatigado por una terrible pesadilla en la que estaba viendo que "Tarzán" se moría, le cuento a mi señora y continúo durmiendo.

Al día siguiendo en la mañana estando en la Hacienda Puente, les digo a los señores Mario L. Cánepa y César Victorelli: que maltratado estoy por la mala noche, y les cuento la pesadilla. Transcurre el día sin ir a "Matazango" a pesar de tener un constante deseo de hacerlo. Al fin, tarde ya cerca de las 6 p. m., estando en Lima salgo para "Matazango” y al bajar del auto le digo a Genaro Carrillo -cuidador de "Tarzán"-, cuida mucho al “viejo", que así le llamo a "Tarzán”, porque anoche lo he soñado que estaba muriéndose y me contestó "está muy bien"; busco al mayordomo don Federico para averiguar lo del día y a poco viene Genaro y me dice; "Señor, Tarzán está muy mal" . Entro al box y lo encuentro rígido sin ningún movimiento, efectivamente se estaba muriendo.

Quiso la suerte que diagnosticara una retención de orina, lo trato como tal y más o menos a las 9 de ]a noche, consigo que evacue la vejiga, e inmediatamente da casi un relincho y comienza a morderme la manga y solapas del saco, forma que tiene de acariciarme ¿Fue esto o no una transmisión de pensamiento?.


CAPITULO II

Constitución y características


LA CABEZA


La cabeza descarnada, algo pequeña, perfil recto y ]ligeramente curvado (siendo el perfil acarnerado, también característico), el hocico breve, la quijada fuerte, pronunciada y redondeada; la cabeza es de frente amplia y hocico estrecho (cabeza de ataúd) . La oreja es pequeña, suave, móvil, flexible y acaracolada.
La frente amplia, ligeramente combada, los ojos redondeados y tranquilos se hallan bien separados y se encuentran situados en la parte más baja de la frente, los ollares son alargados con el ala externa pronunciada. La boca es pequeña, de labios delgados y mentón recogido. Encontrándose las ramas de la quijada fuertemente separadas.


EL CUELLO


El cuello corto, grueso y convexo, musculoso y flexible con abundante crin sedosa.


EL DORSO


La cruz poco saliente y carnosa; el dorso ligeramente ensillado, ancho y moderadamente corto, modelando un amplio tórax; el riñón es corto, ancho musculoso. La grupa ligeramente inclinada, ancha y algunas veces partida.

Pecho amplio, sobresaliente, con encuentros muy separados, correspondiendo a un tórax profundo con costillares bien arqueados. La espalda es un poco inclinada, el brazo y antebrazo musculosos y firmes.

Los costillares largos y fuertemente arqueados dan gran amplitud toráxica. La ijada y vientre son cortos y redondeados. La cola de crin espesa y ondulada con inserción moderadamente baja y pegada a las nalgas, las que son alargadas descendiendo hasta cerca de los corvejones, que son acodados y secos.

La rodilla es amplia y fuerte proporcionada en relación con los miembros, las cañas son cortas con tendones rectos y destacados. Los nudillos redondeados y secos, las cuartillas finas, ligeramente inclinadas dando la sensación de flexibilidad. Los cascos son cortos y duros.

La piel es suave, delgada, cubierta con pelo fino y brillante, siendo los pelajes de color entero los más buscados, así como los moros y almendrados.


CAPITULO III

Descripción de su andar



Para que sea más claro este tema que por las opiniones en contrario que me han sostenido algunos aficionado, pues yo sostengo que su avance es lateral y su apoyo es diagonal, saliendo o siendo el resultado del intermedio de estos dos extremos, del trote que su avance es diagonal y simultáneo la levantada de tierra del posterior derecho y del anterior izquierdo, y del "huachano" que su avance es lateral o sea posterior derecho y anterior derecho con la misma simultaneidad que el trote, paso a describir el "caballo motor', que está formado por:

1º -Un regulador.- de la velocidad en la marcha y éste es la cabeza: a mayor altura menor velocidad. Este regulador tiene un punto neutro para no permitirle el apoyo en el bocado (cargarse) ni destapar (nariz al viento). Este punto neutro todos los caballos lo tienen, unos a más y otros a menos altura de la cabeza según la forma y largo del cuello, y se encuentra poco a poco, desde luego, con el uso atinado hasta que la comprendan, y el jinete lo encuentra levantando una de las riendas del bocado, si es en línea recta cualquiera y si es en círculo la de afuera para levantar la cabeza. Conseguido, se toca con el estribo, talón o espuela al pelo en la cincha para bajarlo (la espuela al pelo y en la cincha es el bajador por excelencia muchísimo más poderosa que los distintos bajadores o martingalas) digo estribo, talón o Espuela dependiendo su uso del brío o sensibilidad del caballo que se monta; en ese subir y bajar cuando el caballo deja de cometer la falta citada es el punto neutro que conviene conservar o sea el tacto en la boca;

2º -Un motor.- La forma la parte posterior desde los riñones, y su dominio lo ejerce las piernas y espuelas, el bocado muy suavemente, actuando las piernas en combinación con los estribos, talones o espuela a la cincha, lo frena, es decir los posteriores van adentro bajo la masa. Si esas ayudas se retienen en forma suave e intermitentemente no puede avanzar, está frenado; principio de concentración. De esta actitud que se le ha colocado cambiando la espuela o talones hacia atrás de la cincha, se le acelera para partir la marcha hacia adelante, sin permitir que antes haya hecho movimiento de retroceso de uno u otro posterior, si lo hubiere hecho volver a la actitud de frenado y acelerar enseguida, conseguido: principio de impulsión .


Lamina Nº 1


Caballo “Atila” 1er. Premio en la Tercera Exposición Zootécnica Nacional en 1935. Propietario W. Rosell, Criador Luis Ganoza V., hacienda “La Encalada” Trujillo, Jinete tomado al azar. A mas de su mecanismo descrito del caminar, obsérvese el levantamiento de espalda, libertad de pecho, cuello alto, línea de la vertical de la cabeza, riendas sueltas o sea sin apoyar, energía en su actitud, todo aproximado al equilibrio de la Alta Escuela. Enfrenado por el maestro Francisco González, en Trujillo.

3º -Un amortiguador.- que es el tercio anterior que solo se hace presente en la combinación del motor y el regulador;

4º -Una llave.- que viene a ser el riñón que permite frenar con su contracción y en su elasticidad o facilidad de movimiento, permite romper la marcha. El vapor de este motor o su fuerza lo da el conveniente uso de frenar o romper la marcha con la atinada cadencia de la mano, pues el continuo uso del frenar y arrancar lo violenta; a mayor violencia mayor motor (principio también de impulsión).

Como se ve la importancia del motor-caballo está en sus extremos, cabeza y posteriores, ayudados grandemente o permitidos actuar por los riñones que sirven de bisagra.

Aceptado este principio o comparación en el que queda claro que el avance del caballo de paso es lateral, pues iniciado su movimiento con uno de sus posteriores que son el motor sale el anterior del mismo lado, y siendo así, paso a describir su andar o caminar. Se mueve el posterior izquierdo y entra bajo la masa mandando la salida del anterior izquierdo, el posterior izquierdo toca tierra y el anterior está todavía en el aire, quedando el caballo, en apoyo diagonal o sea posterior izquierdo y mano derecha; el posterior derecho que quedó atrás se levanta para que al tocar tierra el anterior izquierdo entrar bajo la masa pisar o pasar la huella que deja el anterior izquierdo, así alternativamente. (Lámina Nº 1). Con esta explicación solo me queda definir a continuación cada uno de los que llamamos "piso".

Primero: El "SOBREANDANDO". Es el cual en su ejecución y taconeo al oído es más unido debido a la inmediata sacada del anterior con relación a la metida bajo la masa del posterior. Este paso es el de mayor actividad y constituye uno de los de mayor avance (siendo el más fácil de obtener artificialmente por un trabador).

Segundo: El "PASO LLANO". De este hay varios y son:

a) "PICADO" El más difícil de llegar a diferenciar del "sobreandando” pues solo se diferencia en un pequeño atraso del movimiento del posterior con el anterior, haciendo un pifiada y por esto agudo su taconeo y al caminar levantan la espalda y por consiguiente al tocar tierra lo hacen con mayor fuerza. El levantamiento de la espalda y golpe de la mano es muy visible a la vista y al jinete que lo monta. Los caballos que dominan este paso son muy raros y los que lo tienen se presentan con las siguiente características: arrogantes con juego en el pecho y con la cabeza levantada, mucho entusiasmo. Todo esto producido por su natural alegría, impulsión o voluntad y deseo de caminar;

b) "EL GATEADO" Cuyo principio de ejecución es semejante al anterior diferenciándose de él por lo tranquilo y porte, por su suavidad y gran avance, así como es el piso que menos varía o nunca lo varía ya sea caminando despacio o a todo andar. A propósito de este "piso" debo decir que en el Concurso a que me he referido al principio de este folleto, hemos visto tres animales que lo lucían: una yegua “Mariposa” del señor Santiago Acuña, y dos potros. Los potros "Limeñito" de los señores Aspillaga Anderson, y el "Príncipe" del señor Federico La Torre Ugarte (padre e hijo) que en su andar creo se les puede comparar con un nadador abrazadas contra la corriente, pues en el formidable caminar de estos caballos a más de verlos cogerse de la tierra en su gran avance, daban la ilusión que era la tierra la que se deslizaba bajo sus cascos;

c) “EL BOBO” Cuyo principio de ejecución es semejante a los anteriores y diferenciando de ellos por lo pausado, por el taconeo fuerte y porque en su porte llevan la cabeza más bien baja con pequeños movimientos de oscilación.

d) "EL GOLPEADO" Cuyas características son: atraso en la combinación de patas y manos que ha descrito y por ello fáciles de tomar la diagonalización (trote) gran levantamiento de las espaldas y mayor golpe en su actitud de los anteriores al posar tierra. Estos caballos en la ciudad de Trujillo, los poquísimos aficionados a montar el de trote, que habíamos, nos servíamos de ellos a los cuales después de cortarle la cola (como se usaban entonces los de trote), y darles el aspecto de tales con el galápago y las riendas, los trabajábamos en la arena muerta del mar, cruzábamos terrenos surcados, etc., etc. Valiéndonos de estos medios los forzábamos sin pararlos salir al galope consiguiendo su diagonalización o sea el trote.

De los pasos hasta aquí descritos la superioridad de cada uno de ellos entre sí se resuelve al escoger el mejor por la soltura conque lo ejecuta, distinguiéndose ésta por la mayor metida bajo la masa de los posteriores lo que hace pisar o pasar la huella de los anteriores, salvo el caso del "Gateado" que como lo hemos visto es a brazadas posando las manos muy hacia adelante del aplomo no permitiendo que los posteriores lo alcancen; pero, siempre bajo el centro de gravedad.

Contribuye a valorizar cada uno de estos "pisos" a más de la soltura al ejecutarlo, el porte elegante y distinguido, la demostración de gran carácter, el juego de pecho, el recogido de manos, el arboleo, el bracear y todo aquello ejecutado con armonía y diremos con orgullo, por ser estos los únicos que lo ejecutan.

Dejo de describir el llamado "Aguilillo" por no considerarlo entre los "pisos” de valor, pues viene a ser un sobreandando menudito, sin ninguna elegancia.



CAPITULO IV.

Equilibrio



Antes de entrar a tratar de la enfrenadura, que desde luego me anticipo a decir que lo que al respecto se les enseña es muy poco, quedando reducido a: círculos, vueltas, medias vueltas, sentada y cejada, que concretándose, a eso en breve tiempo puede aprender, justificando sólo la demora de un año que acostumbran los chalanes para entregar los caballos educados a nuestra usanza, precisamente, a más de lo que llamamos "asegurado" que es estar en su piso fijo y definido, con la boca suave sin cargarse o apoyarse en el bocado. Esto viene a ser el equilibrio para lo que nuestros chalanes no tienen más recurso que el tiempo, eso justifica la demora.

¿De dónde nos quedó el equilibrio de la Enfrenadura de nuestros caballos...? ¿De la equitación española o portuguesa?

Yo no sé la influencia que pudo haber en el Virreinato de una u otra, mi concepto es que fue la portuguesa.

La escuela española según la vimos con el gran “Cañero”, célebre rejoneador y desde luego equitador español, es su equilibrio en las manos, con cuello algo bajo desde luego espaldas también bajas, dominando la cabeza con las largas piernas de los bocados que usaba, y con esta actitud los posteriores o el motor sin estar constantemente bajo la masa por su poca elevación del cuello quedando derribados o sea apoyados hacia adelante.

En vez el elegante equitador portugués don Ruy Da Cámara, de fama sobresaliente En España y Portugal de quien he leído halagadoras criticas en periódicos de España, en que se le llama? "el caballista de todas las épocas”, dominaba la cabeza con la espuela al pelo y a la cincha sin usar el bocado, mandaba fuertemente y sostenía el motor bajo la masa con cuello alto a todo lo que daba el caballo, en una palabra tenia al caballo en toda la presentación entre las piernas y manos o sea en "alta escuela', perfecta y constante, que por aproximarse su actitud en el equilibrio a la actitud de nuestros caballos, es mi opinión que de allí nos quedó.

Ya que me he referido a la alta escuela, voy a describir muy lacónicamente prescindiendo de toda figura retórica, aunque el arte de la equitación (que viene a ser solo esta parte) para quienes poseen el don de escribir en prosa, es tema precioso que, con conocimientos técnicos, puede brindar a los lectores un placentero entretenimiento transportándolos en alas de la imaginación a los campos del ideal máximo. La equitación como arte es llamada la más difícil de las artes, pues se ejecuta a diferencia del pintor, del músico o del escultor, con un ser animal de inteligencia y voluntad como es el caballo.

Como ya he dicho, creo necesario esta descripción porque juzgo que la actitud de nuestro caballo bien enfrenado es el de la Alta Escuela. siendo esta actitud o equilibrio mas fácil de conseguirla en el caballo peruano por su nobleza a la vez que gran carácter, brillo en la boca y a la acción de las piernas, tacos o espuelas, dando facilidad para el tacto ecuestre porque sus avances son llanos, es decir sin el salto de la diagonalización del trote. Bien, para describir este equilibrio de Alta Escuela, diré que al Paso, al piso o al galope o cualquier otro aire deben llevar la cabeza a la altura que su cuello le permita al jinete encontrar el punto neutro en el apoyo de a boca en el bocado, vertical la línea de la frente o un poco adelante, (Lámina Nº 2)

Lamina Nº 2


contraídos los riñones en proporción a la altura de la cabeza, desde luego posterior al centro de gravedad, y por estos movimientos la espalda libre y marcada hacia arriba con expresión en sus músculos, ojos, orejas y metida de los posteriores, de gran carácter demostrado por el deseo de andar o impulsión natural o dada, indispensable para tomar esta actitud o equilibrio. Todo esto, armónicos con la monta del jinete completándose con esa impulsión, o deseo de caminar o estado de violencia no sea una defensa, permitiendo en ese estado al caballo a someterse no sólo a la acción de las ayudas materiales, sino a obedecer casi a la transmisión del pensamiento, llegando a entregar la mandíbula inferior¡ al contacto de la rienda, que el caballo nuestro lo manifiesta no por efectuar el saboreo del bocado con la boca seca en un abrir y cerrar la boca, es decir mover las dos mandíbulas continua y desordenadamente, sino subiendo y bajando el puente del bocado en busca de apoyo y con la boca húmeda. En este estado al hacer el saboreo lo hace moviendo solo la mandíbula inferior. Como se comprenderá desaparece toda resistencia al bocado accionado por la mano, ya sea marchando directamente o al pedirles algún movimiento, al sentarlos y al cejarlos, quedando el caballo como se dice a voluntad del jinete o sea metido y dominado entre las manos y las piernas. No hay que confundir esto que es enfrenadura con la no cargada, ya sea por falta de voluntad para caminar más ligero u obedeciendo al “piso" rítmico enseñado con las continuas paradas sin concentrar y llevando la cabeza delante de la vertical. Estos caballos así se les llama "bien entablados" y no les corresponde el “bien enfrenados". En todo lo anterior las riendas no deben estar cortas, sino flojas para permitir pasar la impulsión, pero siempre listas a establecer contacto, permitiendo así la libertad del cuello, con lo que se siente claramente crecer al caballo, pues da la sensación que se sube sobre las manos. Es entonces, y solamente entonces, cuando el jinete puede hacer la gala de cambiar las riendas por débiles cintas de papel.

El equilibrio así descrito viene a ser el del caballo perfectamente enfrenado cuyas reglas de movimiento más adelante las daré.

Lamina Nº 3


Caballo “Califa”.- Propietario, señor Fernando Reusche.- Hacienda “San Fernando”, Pachacamac. Enfrenador: Amador Carrera.- Montado por Eulogio Vilches.- (Bastante bien enfrenado dentro de los errores actuales).- Nótese el doblez del cuello, el entregar del hocico bajo, la pérdida de altura del cuello, su desequilibrio absoluto dando la impresión que si se le empuja de adentro puede caer. A este caballo lo he montado y a mi concepto tiene extraordinarias condiciones para una enfrenadura de lujo.

CAPITULO V

Enfrenadura


Si el andar o piso de nuestro caballo es único en el mundo, la es también única su enfrenadura, siendo distinta de todas las autóctonas y de las de escuela en sus tres etapas, o sean equitación ordinaria, equitación de valorización y equitación de alta escuela, teniendo mucha semejanza con ésta como lo hemos visto en su equilibrio, y salvando algunos errores profundos que creo sean debidos a que nunca hubo nada escrito sobre ella y han ido degenerándose por no saber el efecto de las ayudas, las que fueron diagonales (de alta escuela) convirtiéndose en laterales (de escuela ordinaria) y es por esto que desvalorizamos la enfrenadura a rienda coja (rienda directa) y damos mayor valor a la contraria.

Si en la rienda coja no se cometiera el profundo error de ayudar con el estribo interior o sea del mismo lado hacia el que se está haciendo actuar la rienda para hacer la vuelta o doblar el cuello al quebrarlos, y entregar cuando están acabados, se ejecutaría la escuela de valorización, la que resultaría ayudando con el estribo, taco o espuela de afuera para plegar al caballo mandando los posteriores hacia adentro y evitando así la gran inclinación de la espalda hacia afuera (Lámina Nº 3) y el completo despliegue del motor, el que queda claramente como un motor que se va en banda (Lámina Nº 4).

Lamina Nº 4


Nótese posteriores fuera del centro de gravedad, muy distantes uno de otro, realizando por su falta de concentración lo que llaman cuarteando. Los mismos defectos de desequilibrio reflejados en la monta del jinete.

Si las ayudas citadas se realizaran, es decir la rienda interior y la pierna de afuera, quedarían diagonalizadas, las que hacen crecer grandemente al caballo (Lámina Nº 5), actuando sólo la pierna interior después que el caballo entregó el hocico, como se llama, para que despidan la grupa, punto básico distintivo de nuestra enfrenadura, pues todas retienen la grupa, para aprovechar el mayor poder en su motor. En la rienda contraria el uso indebido de la ayuda de la pierna interior hace diagonalizar las ayudas, pero, en este caso, sin valor artístico ninguno (Lámina Nº 6). Usando la rienda contraria con la ayuda de la pierna del mismo lado las ayudas quedan laterales (escuela ordinaria) o sean las de más poder, sin valor en una equitación sabia como le llaman. Tomando sólo valor en nuestra enfrenadura por el que al ejecutar se toman las riendas parejas en una mano a más o menos cuatro dedos de la altura de la cabeza de la montura, adelantándola un poquito más hacia el momento de tenderlas, pero nunca a medio cuello o a más como acostumbran algunos chalanes, vicio que cuando yo he sido Jurado, por suaves que manejen, no los premié. Y a propósito de lo que digo que se toman las riendas parejas en la mano, esto no quiere decir que existe la enfrenadura a rienda pareja, como han pretendido sostener algunos chalanes y aficionados, porque a la insignificante inclinación del cuello hacia un lado, ya no hay más riendas que la coja si ésta se maneja, o la contraria, ya que es sabido que no hay efecto sin causa. De manera que los aficionados y chalanes deben olvidarse que sus caballos están enfrenados a riendas parejas, las que por razón no existen.


Lamina Nº 5

Caballo “Jazmín”. Propietario y criador señor Mario L. Cánepa, Hacienda Puente. Chalán Eulogio Vilchez. Manejado con ayudas diagonales o sea rienda derecha (coja) y pierna izquierda. Nótese que por la concentración de esas técnicas ayudas, el posterior izquierdo en apoyo está bajo la masa o sea en el centro de gravedad y el derecho cerca (motor Impulsor), espalda alta, cuello igual, flexionando o entregando a la punta del pecho obedeciendo esto a que el cuello no es exageradamente doblado, sino, flexionada la nuca, por consiguiente el caballo sin derrumbarse y por esto su equilibrio vertical, pudiendo así el jinete estar de acuerdo o sea perfectamente sentado, con riñones adentro haciendo uso del desplazamiento.

Decía que es única en el mundo, porque obliga en las vueltas o movimientos a entregar completamente el hocico o la pierna del chalán, estribo o punta del pecho, según el avance de su educación, y botar el anca o grupa hacia afuera. Ambas cosas ajenas a todas las enfrenaduras o equitaciones, si bien es cierto que en la alta escuela al caballo se le flexiona (o quiebra sobreparado o trotando), pero se ejecuta al contrario; si está caminando en círculo se jala la cabeza hacia afuera y se manda con la pierna interna y la flexión debe ser ejecutada de la nuca y nunca por consecuencia de doblar el cuello, reteniendo por supuesto la grupa.

Bien, concretándome a las enfrenaduras, éstas son tres, usándolas con rienda coja o rienda contraria, tal como paso a describirlas.

PRIMERA.- La "Sobre las cuatro patas", que es cuando todo su movimiento la hacen caminando, marcando su piso y sin variarlo aún cuando están rodando, antes de entregar y al entregar, conservar el piso al rodar es difícil porque siempre les falta concentración por las defectuosas ayudas que he explicado y esto la hace casi la totalidad, como llaman “cuarteando" (Lámina Nº 4).

SEGUNDA.- La "Sobre la mano" se caracteriza porque al cerrar o entregar fijan y giran sobre la mano interior (sin defensa para terrenos accidentados); y

TERCERA.- La del "Capeo", que se usaba para nuestra abandonada suerte nacional del toreo a caballo, que es sobre las cuatro patas, pero sin entregar para no perder tiempo, muy vaciados y despidiendo la grupa rápidamente para evitar las cogidas, todo ejecutado con gran arranque y velocidad a una y otra mano.

Queriendo dejar definido el Uso de la "rienda coja" y la "contraria" diré que la primera actúa o jala la cabeza hacia el lado del movimiento. Para usarla se toma las riendas en una u otra mano y con la libre se pide el movimiento o se les quiebra. Cuando están bastante suaves y sensibles se maneja con una sola mano y en este caso se toma las riendas con la mano de arriba a abajo, quedando entonces los dedos hacia adentro y actuando éstos por el juego de la muñeca. Y en la contraria, que actúa de afuera hacia adentro, es decir al voltear a la izquierda, se manda con la derecha, pegándola al cuello; debe tomarse las riendas parejas y la mano de abajo para arriba para que no haya lugar a cojear.

Toda intervención si es con la rienda coja en una exhibición de la otra mano, descalifica la exhibición, igualmente al exhibirlos con rienda contraria.


Lamina Nº 6

Caballo sin motor y como resultado caballo y jinete en un absoluto desequilibrio.



CAPITULO VI

Ayudas


Se disponen de cuatro: la vista, las manos, el desplazamiento y las piernas, y con el buen uso de ellas, atinada y ordenadamente, queda un caballo suavizado a obedecer a la menor indicación que se le haga, quedando el animal completamente metido en las manos, piernas ya merced del asiento, para que así las manos no sean usadas tan toscamente y sólo actúen como indicadores y retenedores de la vertical.

LA VISTA Es la indicadora de la actitud y porte de la cabeza a la vez que observa el disgusto, manifestado con las orejas en un exagerado cerrar y cerrar, cuando se les castiga.

LAS MANOS En su suavidad hacen el tacto ecuestre que en el caballo peruano es muy fácil como ya lo he explicado. De frente, su misión es buscar y retener la vertical en la línea de la cabeza, retener el avance y dar libertad para evitar que se apoyen, al voltear jalar o pegar, según se manejen con coja o contraria, y al parar retener, y al cejar jalar.

EL DESPLAZAMIENTO Llave de toda buena enfrenadura que desgraciadamente ya no lo usan nuestros chalanes, a pesar que al quebrar lo empleen con toda fuerza y brusquedad en lo que llaman meter la montura y lomear. Como se ve el desplazamiento no es más que meter la montura, lo que fue al principio tosca y duramente, debe continuarse en toda la educación del caballo y siempre que se le maneje, desde luego cada vez más suave y casi no visible para los espectadores, pero si sensible al caballo, con solo retener la pierna interna, inclinar el asiento hacia afuera y ajustar la pierna también de afuera.

Esto, bien hecho, como digo, es la llave en nuestra enfrenadura y en todas las equitaciones, presidiendo suave y actuando con más fuerza en el momento justo de usar la rienda coja o contraria, y así cada día será menor la acción de éstas y evitará ese agarrar y soltar riendas, cuando están manejando los caballos, sobre todo cuando hacen el alarde de usar cintas.

Digo que es la llave porque sensibiliza y maneja la parte móvil o bisagra del motor que viene a ser el riñón. Es este punto, quizás el de mayor deficiencia de la actual enfrenadura, en la que ha desaparecido toda la eficacia en los movimientos violentos demostrados en el caracol destapado y el seis, que no lo pueden ejecutar. En los últimos caballos que he montado enfrenados por distintos chalanes, sólo uno he encontrado con sensibilidad notable que a la acción del desplazamiento se entregó en contraria y al meter y lomear puso los posteriores muy adentro, tomando casi el huachano. Bajo el mismo desplazamiento sentó y cejó, advirtiendo que su chalán sólo lo exhibió rienda coja. (Los aficionados y chalanes recordarán porque lo hice ante el público). He montado otro, aún premiado por mí mismo, en enfrenadura, que no hizo caso al desplazamiento ni aún con toda fuerza y brusquedad, al extremo que un aficionado al notarlo me dijo: "Se Encontró usted con un adoquín", y a la verdad me parecía estar montado en una roca. Debo decir que esos caballos sin una enfrenadura eficaz voltean a una y otra mano con una suavidad casi extremada después del primer llamado y se quedan girando y girando como una centrífuga, teniendo su centro de gravedad en las espaldas, que si no se cometiera el profundo error, ya anotado, de tocar o castigar con el estribo interior, ejecutarían la rotación sobre ellas, pues describe un circulo menor en sus huellas con las manos, y mayor el de los posteriores. Giran como una centrifuga porque el continuo trabajo en esa forma, y nada más, los emborracha, al extremo que he visto que para que enderecen el cuello o giren al otro lado, tienen que usar de la mano para empujar el pescuezo.

Esta gran falta del uso del desplazamiento se hace notable en todos los movimientos, por eso es que al caminar en círculo, rodar o en el ocho, se les ve rectos, de la grupa al nacimiento del cuello, y sólo cóncavos en el cuello con la espalda botada hacia afuera, en vez de ser cóncavos con relación al tamaño del círculo que están describiendo desde la grupa al cuello, y sólo flexionar a la nuca, la que se consigue sólo tocando o castigando con la pierna de afuera para que se concentre.

LAS PIERNAS Sobre las que ya me he referido al tratar sobre el "caballo motor" y el “equilibrio", ampliaré su uso como ayuda, y es usándolas a la vez impulsan o sea que mandan hacia las manos del jinete las que deben permitir partir la marcha: al quebrarlos, en los círculos y al entregar manda la de afuera y retiene la del interior; al sentar si se pegan a la cincha, los para; si alternativamente se toca una u otra acompañadas del desplazamiento, los hace retroceder (cejar). Esta se usa con la presión debida, con el toque del estribo, talón o espuela, según la sensibilidad del caballo.


CAPITULO VII

Embocaduras



Otro punto de gran importancia olvidado, usándolas igual para todos los caballos, teniendo éste casi todos embocaduras distintas, por ejemplo:

Un caballo de cuello largo, bien equilibrado en su porte natural, de boca suave, debe embocársele alto con bocado de puente grueso y piernas relativamente cortas. Si ese caballo se le pone bocado bajo, de puente delgado y piernas largas, se encapuchará, es decir se pondrá tras de la vertical con todos los peligros, como el manotear o chapalear, el acuñarse y si están enfrenados a rienda contraria rodará y rodará al cerrar sin entregar por llevar el hocico pegado al centro del pecho. He montado uno de éstos que ha estado muy bien enfrenado, pues rueda en todo piso, cometiendo esa falta ya más con el resabio de tascar con ambas mandíbulas en esa actitud, el bocado.

Otro de cuello corto con o sin golpe de hacha debe ponérsele el bocado en la forma descrita dañina para el anterior, porque sus defectos son todos los contrarios.

Hay otros bajos de espalda, cuello al revés que destapan mucho. Deben embocarse muy bajo, casi tocando los colmillos y la barbada relativamente floja. Por supuesto, estos caballos cuyos defectos no pueden ser corregidos con los conocimientos de nuestra enfrenadura, sólo deben prepararse para el trabajo, y no para una enfrenadura de lucimiento.
En fin, para embocar bien, precisa juzgar la constitución de espalda y cuello.

CAPITULO VIII

Edad de ensillar


Como algunas personas encontrarán deficiente este folleto, porque no trato de la anatomía, enfermedades y curaciones, porque habiendo tantas obras de profesionales, sólo me quedaría el copiar. Así como en los detalles del amansamiento, de como debe ponérsele la jáquima, el tapa-ojo, las jergas, montura, etc., etc., pero sí diré que el animal debe estar completamente manso llegada su edad de ensillar, es decir, acostumbrado a la montura, cincha y baticola,

trabajado a la cuerda, pues debe ser gala del aficionado evitar que su caballo dé siquiera un salto en la primera silla .

La edad depende de la crianza, o sea del régimen alimenticio. Bajo la influencia del pastoreo acuoso que se acostumbra, están atrasados. El crecimiento es lento, los huesos faltos de solidez, los músculos sin pronunciarse, etc., etc. En muchos casos se crían tan mal, que viven en anemia, por más que se les alimente con granos, más tarde es casi ya orgánica.

A los tres años y medio puede tener casi toda su alzada si ha sido bien alimentado y ejercitado, y esa es la edad que corresponde para comenzar a trabajarlos porque son más flexibles y dóciles. A mayor edad han adquirido muchas veces defectos de carácter ya por sí o por la brusquedad con que han sido tratados. El trabajo temprano favorece también el equilibrio, que abandonado puede cargarse sobre el tercio anterior o posterior, y corregir esos defectos adquiridos, es muy desagradable. Al favorecer el equilibrio embellece su forma, pues es positivo que el jinete entendido es un escultor, modula al caballo.


CAPITULO IX

Enfrenadura o educación

Antes de dar las reglas, debo decir que para entender y encontrar el placer artístico de cabalgar, precisa primero que nada, comprender las reglas que rigen al "caballo motor"; las leyes del equilibrio del caballo y del equitador y de ambas juntas; la forma en que ellas se cumplen, ya sea en el caballo nacional o en el de trote.

El aire distinguido del animal, el movimiento rítmico y acompasado de sus reacciones engendran el equilibrio artístico que hace del jinete y el animal un solo todo armónico, proporcionado y elegante en el cual el hombre y el caballo educado realizan el máximo efecto artístico con el mínimo de esfuerzo físico, brusco, dañino, feo y peligroso a la vez.


Lamina Nº 7

Diámetro 12 metros (Torno). Debe caminarsele a una y otra mano, sin dejarlo salir del circulo (rodarse) ni entrar al interior (robar), en los sitios marcados quebrarlos solamente.

El porvenir de un potro depende mucho de los conocimientos y el buen gusto del chalán que lo educa, para saber sacar la mayor ventaja de este privilegio del caballo peruano.

De ahí desde las primeras síllas debe buscarse al animal el piso que más fácilmente y con elegancia ejecute, para evitar la artificial y cultivar lo natural, siendo del criterio que más se debe cuidar ésto al principio de su educación, que la soltura con que lo ejecute, porque no es posible pedir que dé lo que todavía no tiene; muchos creen cuando \en caminar un caballo arrogantemente, que eso es suyo solamente, no concediéndole nada al chalán; gran equivocación, pues si bien es cierto, como ya he dicho, que su natural es el piso, la calidad de éste y su armonía se debe a quien lo educó.

La falta de estímulo a nuestros chalanes, que si bien carecen de reglas técnicas para educarlos, muchos tienen la vocación innata del jinete, el tacto ecuestre, conduciendo entonces al animal con gran porte, el que al ser alabado por el público, si el propietario está cerca dice: "Es de mi raza", expresión simpática, debido al orgullo que siente por ser el feliz dueño de ese animal, el orgullo como siempre ciega, y en este caso, sencillamente, conviene en ser pariente consanguíneo. Esta falta de estímulo para el chalán de parte de los propietarios es igual a lo que acontece con el público, y yo no sé por qué, cuando se trata del hombre y de algún animal educado, valorizamos más a éste; por ejemplo: pasa un caballo en magnífico piso, con actitud gallarda, con el equilibrio descrito y sale la expresión: "qué rico caballo"; y si trabaja bien en la enfrenadura: "qué hábil animal"; al hombre nada, a pesar de que el caballo está abajo y el hombre está arriba.


Lamina Nº 8


Cuando ya están bien quebrados y caminan francamente en el torno o sea en el círculo mayor, se les hace describir los círculos menores que coinciden con los sitios donde se les quebró en el torno, el recorrido debe ser completo a cada mano.

Bien, ahora voy a pasar de lleno a las reglas o ayudas que deben emplearse en su educación, las que siempre se comienzan con el bozal y se continúan como- intermedia en la educación con las llamadas cuatro riendas. Yo no quiero aquí extenderme en explicar ni introducir reformas tan fundamentales en la casi sin razón del uso del bozal, por lo que paso a describirlos.

1 "Caminar" Al sacarlo a caminar debe hacerse de frente y acompañándolo a corta distancia otro caballo que lo amadrine.

2 "Quebrar" Cuando ya camina más o menos franco, de trecho estrecho se le para y se jala la rienda derecha o izquierda sin brusquedad, presionando más la pierna contraria. El jalado no debe ser de una sola vez, sino cediendo la mano a cada entrega que haga procurando que lleve el hocico atrás de la pantorrilla. Todo esto en varias lecciones hasta que lo haga a una y otra mano, a la menor solicitud.

En todo el tiempo que dure esta enseñanza debe ser en línea recta antes de pasar al torno. Conforme avanza la embozalada y desde luego la educación de los



Lamina Nº 9

Preparación de “8”. Siempre dando las vueltas en el círculo mayor y cambiando de desplazamiento al cambiar de mano.

distintos movimientos, la jalada quebrada o recogida desde atrás de la pantorrilla, debe ser al estribo y, de aquí, de punta a punta del pecho con lo que toma más recogimiento, este trabajo lo señalo por ser costumbre, pues yo opino que enseñar algo malo para después corregir, es pérdida de tiempo. Si a la pantorrilla es mal hecho, y bueno al estribo o mejor a la punta del pecho, es así como debe comenzarse.

Desde que la flexión o quebrada la efectúan ya alta a los sitios buenos indicados si se les quiere enfrenar en contraria, después de producida la llamada arrienda coja directa debe acompañarse con la contraria lateralmente. Por las razones del desplazamiento del bípedo anterior con el uso continuo de la rienda coja, al cojear es conveniente usar una y otra para corregir los defectos de una y otra enfrenadura; pero al hacer una exhibición del caballo enfrenado ésta debe ser sólo a rienda coja o sólo a rienda contraria, y no como acostumbran cojear hasta que quiebren y después empujar con las contrarias quedando deslucida, como he dicho, la exhibición por el empleo de las dos manos.

3 "Torno" (caminar en círculo). Una vez que el caballo camina directamente con franqueza y está quebrado, se le comienza a trabajar sobre un espacio circular de diámetro grande (diez o quince metros) (Lámina Nº 5) cuidando desde el principio que la segunda y sucesivas vueltas la hagan sobre las huellas de la primera, no permitiendo que se abran (rodarse) con la pierna de afuera, ni que se cierren (robar terreno) con la pierna de adentro. Así las huellas del caballo deben describir unta circunferencia lo más perfecta.


Lamina Nº 10

“8” (Este esquema como todos han sido hechos a compás, no quiere decir que se recorra con esa perfección). Se da dos vueltas primero en el círculo y se inicia al ocho haciendo el cambio de mano y desde luego de desplazamiento en las marcas C. D. En los circulos grandes y chicos debe cuidarse el que no se rueden o roben.

Cuando ya caminen con libertad se les quebrará (o flexionará) en el círculo (Lámina Nº 7), siguiendo circulando, siempre al quebrarlos de afuera a adentro, si es a la derecha, rienda derecha y pierna izquierda, y vice-versa. Una vez obtenido lo anterior en los sitios que se les quiebre, seguidamente se le mandará describir círculos pequeños (Lámina Nº 8) Todo esto entrando a una y otra mano, los círculos pequeños con las flexiones sin aguantarlos ni cerrar, sino pedir y soltar simultáneamente, cuidando que no deje de caminar marcando las cuatro patas.

Nuevamente trataré del desplazamiento para indicar que no se deje de emplear, por ejemplo, en el torno si es a la derecha desde que se toma la curva de la circunferencia el asiento debe desplazarse a la izquierda tanto como sea necesario para poner el cuerpo del caballo de acuerdo al círculo, la pierna izquierda un poco atrás de la cincha y la derecha firme a la cincha; a la izquierda ayudas invertidas. La pierna izquierda atrás evitará que el caballo ruede y su castigo los concentrará.



Lamina Nº 11


Doble “8” Objeto suavizar al caballo e irlo preparando para el caracol, ejecutandolo con las ayudas descritas.


4 "Ocho" Esto no es más que describir dos círculos unidos cambiando de dirección precisamente en la unión, entrando por una y otra mano, a pesar de no ser más que describir los dos círculos, bien ejecutados con la ayuda ya señalada es el todo en la enfrenadura peruana. Ejecutando tal como se acostumbra, sin el desplazamiento, es decir, sin modificar el equilibrio al cambiar en el centro de mano, no da resultado, Bien efectuado es de suma importancia, pues es el único movimiento. como ya dije, que contribuye al equilibrio (aparte de la sentada y cejada), El abuso del “8” suaviza indudablemente pero llega a la emborrachada a que me he referido. Siendo, como ya advertí, de gran importancia, he preparado varios esquemas y son: (láminas 9, 10, 11).

Como todo trabajo debe iniciarse en el circulo mayor, que es en el que se comenzó la educación, debe darse en ese mismo circulo, por lo menos, dos vueltas completas, que éstas sirven para juzgar el porte del animal, es decir, piso parejo sin variar; soltura: juego de manos recogido o arboleo; cuello alto; cabeza bien colocada; línea vertical de la frente; contracción de los riñones, recogimiento, concentración, rienda suelta, es decir, sin apoyarse en el bocado y saboreo de éste, claramente en el equilibrio descrito; caminar franco en espera de lo que se le mande ejecutar sin cometer los errores de rodarse y robar terreno.

En una palabra, es aquí donde debe juzgarse al caballo enfrenado.

Lamina Nº 12

Caracol. Antes de ejecutarlo debe darse dos vueltas en el torno y cerrándolos cuidando su piso y porte procurando que se entreguen lo más aproximado al centro y de allí salir en el mismo piso describiéndolo contrariamente hasta llegar nuevamente al círculo o sea al torno. Su ejecución a “caballo destapado” es la misma, que en vez de entrar en piso se entra con toda velocidad posible sin que haya tratrabillo.

Todo entrando por la derecha, como ya he dicho, y con la salida respectiva, cambiándolas en CD que quiere decir, cambio de desplazamiento. En los círculos menores verdadero “8”, cambiando como siempre ayudas en la unión del espacio comprendido entre C y D, entrando por una y otra mano como en todas las figuras; caminar en el círculo mayor como ya se ha descrito, tomar los círculos del “8" grande y ejecutarlo, seguir las flechas y ejecutar el “8" menor.

Todos los “8” bien ejecutados, como se comprenderá, equilibran y movilizan al caballo, los hacen francos al caminar a la voluntad del jinete y atentos a cualquier indicación, sin ser ellos los que a cada paso quieran cerrar.

5 "Caracol" Tiene por objeto desplazar y movilizar el anca (cuarto posterior). Se ejecuta con las mismas ayudas del caminar en circunferencia cerrándolo en cada vuelta hasta llegar al centro en el cual se provoca la flexión con rienda coja o contraria; y se les deja rodar en su piso (si está concentrado) y se les cierra. Es en este momento sólo cuando debe actuar la pierna interior con golpe de estribo o taco, para hacerle botar el anca. Bien ejecutada esta figura deben entrar y salir


Lamina Nº 13

“8” en caracol. Bien ejecutado es lo que más suaviza en la enfrenadura y es de lucimiento. Su abuso origina la “emborrachada”. Puede hacerse también a caballo destapado.

haciendo el mismo recorrido y en el mismo piso. Los errores de esta figura son también el rodarse y robar, y no cerrar en el centro. El "caracol" se ejecuta también en el "8" (lámina 12).

6 "Rastrillar" Se ejecuta a uno y otro posterior aprovechando si fuera posible de una ranfla como el bajar de un puente, si es ala - derecha, conjuntamente se jala la rienda de este lado (después de haber buscado contacto) seca y suavemente, se desplaza el cuerpo a ese lado metiendo la montura con el asiento y riñones, teniendo las piernas firmes, soltando enseguida; y a la izquierda las ayudas que corresponden así a ambos posteriores hasta conseguir su metida. Este trabajo lo prepara para la sentada y cejada.

7 "Sentar" (parar) Es como lo anterior con la metida de ambos posteriores las ayudas del rastrillar actuando bastante hacia el centro de la montura. Esta y el ajustar las piernas a la cincha deben presidir a las riendas. Si fué desde el principio de la educación bien empleado el desplazamiento, es aquí donde se nota su utilidad.



Lamina Nº 14

El “6”. Cuyas reglas de ejecución ya se han dado, y debe ejecutarse como todo después de haberles paseado por el circulo en dos vueltas, realizándolo a una y otra mano.


8 "Cejar" (paso atrás) Una vez que el caballo sabe rastrillar, se le va pidiendo un paso atrás después de haber parado con las ayudas del rastrilleo, cediendo siempre las manos, es decir, que éstas no tiren o jalen continuamente sino cada vez que se mete la montura. A pesar de ser un movimiento retrógrado, bien ejecutado debe ser disgonalizado, aquí también la utilidad del desplazamiento. Cuando el cejar lo hace moviendo conjuntamente la pata y la mano del mismo lado (lateralmente) disminuye a la vista la talla del caballo y se le quita movilidad o sea salida rápida, pues no hay concentración.


TRABAJO A CABALLO DESTAPADO

Cuando todo lo anterior se efectúa con tranquilidad, recogimiento, etc., etc., a la menor indicación, se inician éstos, que son la prueba definitiva de la terminación de la enfrenadura, es decir, que el caballo es de toda confianza, está seguro. Siendo el primer movimiento en "caracol”, dando dos vueltas en el circulo mayor en piso, se manda fuertemente haciéndolos arrancar pasando en su velocidad a un galope destapado. Hecho ésto a las dos manos, desde luego llegando a cerrar en el centro, se hace el “8”, en la misma forma, por supuesto a menos velocidad por ser los círculos menores. La velocidad en el arranque y al cerrar, a más de la buena actitud, sin descomponerse, que es la buena enfrenadura, depende del brío y de la ligereza del animal.

Prueba fuerte. pero necesaria es el “6" (Lamina Nº 14). Después de dar dos vueltas al círculo en piso, se entra por el 1, en el 2 se sienta y se ceja hasta el 1, de aquí se arranca a toda velocidad posible hasta el 3, donde se le cierra entregando. Hecho esto a una y otra mano es el dominio absoluto del caballo y donde más indispensable se hizo el desplazamiento.
Con el exceso o abuso del trabajo anterior se corre el riesgo de acuñar el piso. Esto se corrige con las siguientes ayudas: al sacarlo a caminar conjuntamente se ha de mover el asiento de uno al otro lado, acompañándolo de golpecitos respectivos en el costado con los estribos.

(A propósito de esto, no dejaré de indicar que han habido jinetes que efectuaban esto aun poco más atrás de la cincha, produciendo cuando querían un sonido fuerte, y más, cuando el caballo estaba sudado; esto se llama planetear). Cediendo la mano se repite, y si se aprovecha una bajada, por insignificante que sea, su resultado será de gran ayuda.

Siempre se llega a la terminación de una inteligente combinación de las ayudas descritas más adelante de este folleto, tales como: manos, desplazamiento y piernas. Al profano en equitación le es muy difícil f captar esto de las ayudas en forma detallada, y apreciar la armonía entre ellas y lo que el caballo ejecuta.
Las ayudas entran en toda acción o movimiento del caballo, las que sólo se dejan de emplear cuando no se les monta, pues aunque hemos dicho que la educación se efectúa en un año, ésta sólo deja de realizarse cuando el caballo está sin jinete, de aquí que buenos caballos, bien enfrenados pasan a manos de personas no conocedoras y a poco tiempo su enfrenadura y su piso están destruidos.

Olvidaba referirme a la espuela y ésta debe usarse casi al mismo tiempo que el bocado, acostumbrándolos poco a poco a ellos, pues los toques primeros deben ser muy suaves y no repetidos para evitar el peligro del coleo. Cuando se emplea como castigo, deben ser aplicadas hacia atrás y con fuerza, produciéndose las rasgadas de gala. Debe tenerse presente el dicho muy antiguo: “que a mejor caballo, mejor espuela".

Nota. Las cuatro riendas o sea bozal y bocado debe iniciarse cuando la educación del bozal esté avanzada y trabajen bien en el torno, quiebren, paren sin sentar o rastrillar (este trabajo se debe iniciar con las cuatro riendas, desde luego al principio sin que sientan el bocado).

Las riendas del bocado al comenzar deben ir sueltas, sin actuar, para impedir se acobarden con la sensibilidad de los llamados "asientos", y poco a poco al ir trabajando en los "8" y "caracol" deben ir haciéndose presente cada vez más quedando a la larga la falsa rienda o bozal sólo como correctivo. Después desaparece el bozal, siendo reemplazado por la gamarrilla, que une la boca y en su memoria teman al correctivo. A propósito de haberme referido a los "Asientos", éstos son el espacio comprendido entre los molares y colmillos de la mandíbula inferior, su más o menos sensibilidad es lo que determina lo que llamamos con brío o lerdos a la boca. Cuando aun caballo se le quiere abreviar en la enfrenadura para una exhibición, la víspera o antevíspera se les rompe los "asientos" haciéndolos sangrar, ejecutándolo con el puente del bocado o cambiando éste por una tira de cuero, se busca el contacto y por el tacto del jinete se sabe que se está en los "asientos", dando entonces un tirón tan fuerte como sea necesario y rápido, Esto nunca debe hacerse teniendo las riendas sueltas, sin contacto, porque su efecto seria dañino, produciendo las sofrenadas tan temidas, las que en lugar de retener la vertical, se salen de ella. Cuando se quiere enfrenar a rienda contraria, ésta se va marcando su actuación desde que comienza a usarse el bocado; al principio, como es natural, prescindiendo la directa o coja, seguido del desplazamiento, así progresivamente hasta que obedezca a ella, siendo cada vez más suave y breve el uso de la directa, usándola con pequeños, recogidos y rápidos, o golpes con la mano libre hasta que no sea necesario. Ya he explicado que el trabajo diario debe usarse de una y otra rienda para evitar el desplazamiento exagerado de la espalda.

Jurado

Las apreciaciones de éstos y su puntaje en cuanto a constitución debe tener presente la característica ya descrita en el capítulo II, que como puntaje en la clasificación, a mi concepto, si no hay profundas desconformaciones, debe ser menor que el de la calidad del piso, suavidad, elegancia, etc., puesto que esta es su verdadero distintivo, y en lo que respecta a enfrenadura cuidar las reglas que ya se han dado y exigiendo que se trabajen con una sola mano si es a rienda contraria, cogiendo las riendas parejas en la mano y éstas de abajo hacia arriba, y si es a rienda coja la mano de arriba a abajo. A la talla debe dársele un gran valor.

Son de castigo todas las rodadas y robadas á las que me he referido así como el cerrar sin que se les pida, el abrir la boca al sentarlo y el cejar no en línea recta y sin diagonalizar el paso y con la cabeza completamente tras la vertical o sea encapuchado.

Lima, Julio de 1945.